miércoles, 27 de junio de 2012

Paseo nocturno.

Caminaba solo, sin rumbo fijo.
Le encantaba perderse por las calles de Roma cuando la gente dormia. Habia magia en cada uno de sus rincones, y la ciudad eterna a esas horas era su mejor amiga.
Le gustaba imaginarse legionario romano al pasar junto al circo, caballero del medievo al acercarse al castillo de Sant Angelo, artista renacentisata al sentarse en piazza navona o actor de pelicula en blanco y negro al ver una de las innumerables vespas que se amontonaban en las calles.
Las callejuelas estrechas le hacian sentirse grande, y el discurrir del Tiber le calmaba los nervios.
Roma era su paraiso particular, no lo cambiaria por nada. Incluso cuando parecia no haber nadie, las piedras transmitian vida.
Poco a poco, llego al trastevere, su barrio favorito. Por el dia era todo ruido y algarabia, pero al caer la noche, es como estar en otra epoca, las calles, las casas, todo te hace regresar al pasado.
Miro bien por todas las calles y no vio a nadie, asi que volvio a cruzar el rio y se dirigio al centro.
Se encamino hacia su lugar refugio. Le encantaba acercarse por las angostas calles y escuchar a lo lejos el rumor del agua. Cuando salia a la plaza y se encontraba con la majestuosa fontana de Trevi.
Rara era la noche en que no encontraba una pareja de turistas acaramelados echando alguna moneda a la fuente con la intencion de volver a visitar Roma.
Los diviso al fondo, pegados en el lado derecho de la plaza. Se encamino hacia ellos con su mejor sonrisa, y sacando la mano de su bolsillo, les dijo: " ¿Me permiten que les haga una foto?, Me encanta fotografiar a desconocidos."
El chico de la pareja, aunque extrañado, asintio con la cabeza.
Realizo varias fotos con una vieja camara Olympus de bolsillo que tenia desde hacia hace años, y despues se acerco a ellos para mostrarselas.
Una vez a su lado, empuño una navaja que tenia siempre abierta y dispuesta en su bolsillo trasero, se la puso en el cuello a la chica, y con su mejor sonrisa les dijo: "Como bien sabran amigos, del arte es muy dificil vivir, y todo artista ha de comer, asi que les invito a que me proporcionen mi comida de mañana y algo con lo que pagar el alquiler."
La pareja saco todo lo que tenian, y el se limito a tomar los billetes grandes, no serian mas de doscientos euros en billetes de veinte y cincuenta.
Volvio a sonreirles, les deseo una feliz estancia en la ciudad y se marcho caminando tranquilamente, igual que habia llegado. Siguio disfrutando de su paseo, pero esta vez con rumbo fijo, camino a casa.


1 comentario:

  1. Me ha encantado ese "paseo nocturno". Es el tipo de historias, como el Caballero de Volterra, en que tan bien describes un lugar que parece como si el lector estuviera recorriéndolo a través de tus palabras. Y en este caso, recorrer las calles tranquilas de Roma: toda una maravilla.

    Y esa sorpresa final... hasta me ha gustado, porque yo ya me lo estaba imaginando más trágico, jajaja. Me cayó simpatico ese ladrón :)

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