El calor era agobiante, quizás era cosa suya y la tensión le hacia sentirlo así, pero jamas en su vida había tenido tanto calor.
Miro el balón, se deseo suerte a si mismo y observando la portería contraria visualizo sus proximos movimientos.
Se escucho el silbato del arbitro.
Lanzo el balón a su compañero, que permanecia igual de tenso que el sobre la linea de portería, y comenzo su carrera.
Al mirar al frente, vio como el portero ruso, ese cabrón que había detenido su ultimo lanzamiento, salia corriendo del área. Se quito esa imagen de la cabeza y siguió acelerando en dirección a el, giro la cabeza y calculo cuanto lardaría en llegar el balón de nuevo a sus manos, ¿estaba tardando mas que nunca? Volvió a estudiar al portero ruso, que ya retrocedía hacia su portería.
Recepcionó el balón, dio los tres pasos de rigor, y se impulso para realizar un gran giro.
En ningún momento perdió de vista al portero y trataba de decidir por donde mandaría el lanzamiento.
Completó los 360, lo fácil ya estaba hecho, armo el brazo y lanzo el balón.
Mientras caía, seguía la trayectoria de la bola sin tan siquiera pestañear.
En el mismo momento en que la esfera naranja llegaba a la altura del guardameta, sonó una fuerte melodía.
Era el despertador. Debía darse prisa, ya que en nada pasarían a recogerle y el europeo les esperaba.
Salto de la cama, se ducho y cogió la maleta.
Bajo a la calle a esperar a sus compañeros, y cuando llegaron, lo primero que les dijo sonriendo fue :" SEREMOS CAMPEONES DE EUROPA."
Un emocionante relato de un momento crucial. Me recuerda a los dibujos de Oliver y Benji, jajaja, por el contar tan al detalle cada segundo y tener la sensación de que el tiempo discurre a cámara lenta.
ResponderEliminarY aunque luego fuera un sueño... pero a veces los sueños se cumplen ;)
Mil gracias
EliminarQué bien cuando la realidad supera hasta a los mejores sueños :)
ResponderEliminarFELICIDADES a la selección de balonmano por ese segundo campeonato del mundo!!! :)