Era tarde, más o menos las dos de la madrugada, cuando volvía a
casa.
Caminaba absorto
en mis pensamientos, en la cena tan placentera que había tenido y en lo grato
que había sido la compañía de Aida. Tendría que repetir.
Miré al frente y
entre los setos del jardín vi a alguien observándome. Me detuve
instintivamente.
Tenía melena
rubia, su color blanquecino y unos ojos de un penetrante azul que parecía
inhumano.
Lucía un elegante
vestido negro, y sus manos aparecían con los dedos juntos y estirado en mi
dirección como si esperara que le entregara algo.
Sentí miedo. Un
escalofrió recorrió mi espalda y aunque creía que seguía caminando en dirección
a la puerta, no era así. Desde que la vi me había quedado petrificado como una
estatua.
Poco a poco, con
cautela, comencé de nuevo a caminar, casi arrastrando los pies, incluso diría
que medio de lado por si tenía que dar la vuelta y salir corriendo.
Un paso, otro, uno
más, y con cada centímetro que avanzaba la veía más nítida, y a la vez mas
pálida.
Saque el teléfono
del bolsillo y poniéndolo frente a mi cara, haciendo como si mirara un mensaje,
encendí la cámara para mirar a aquella extraña rubia a través del zoom de la
misma. No quería seguir acercándome sin saber a quién o a que lo hacía.
Al llegar a casa
reí, reí mucho, y no me quedo más remedio que enviar la foto de aquel extraño
ente a la chica con la que había cenado, y reír con ella durante un rato, ya
que aquel susto me lo había dado una muñeca que alguien había colocado entre
los setos del jardín.
Aunque he de
deciros que creo que al pasar a su lado, la muñeca giro su cabeza y me siguió
con la mirada.
¿No os ha pasado
nunca con algún muñeco de vuestra habitación?, ¿Nunca te has sentido observado
mientras duermes?.
No dejes nunca de
vigilar, ellos no lo hacen.


Sentir que te observan, controlar tus movimientos intentando escuchar otra cosa que no tus latidos, suenan tan fuertes que desde cualquier casa seguro los pueden oír. Luego darte cuenta que solo es un objeto, una planta, una sombra...son cosas que nos pasan a los que tenemos mucha imaginación.
ResponderEliminarDivertido.
Gracias
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