Estaba en la ciudad mas hermosa de la vieja Europa, pero ni la magia de Roma conseguía que le olvidara. Hacia tres días que habían arribado allí, y no habían parado ni un segundo,habían descansado algo por las mañanas, pero las tardes y las noches habían sido un desenfreno de salir, beber y conocer gente. Todas sus amigas tenían ya conquistas que comentar entre ellas, pero su mente estaba en otra parte, con otra persona.
Cuarta noche de fiesta, los mismos bares, distintos chicos, misma música, distintas bebidas. Todo parecía dispuesto para que sus amigas triunfaran y ella espantara a algún romano apuesto, aunque no tan divertido como el chico que la traía de cabeza.
La situación era curiosa, solo le conocía a traves de un chat, ni siquiera habían intercambiado sus correos y aun menos sus teléfonos, pero todos los días, ambos acudían fieles a su cita nocturna en la red.
Estas cosas solo pasan en las películas, pensó.
Debian de ser las tres de la mañana, cuando un tipo mas bien feúcho, con kilos de mas, poco pelo, eso si, tenia unas bonitas pestañas, pero poco mas que mereciera la pena destacar, se acerco y se paro en la barra justo a su lado. Sin saber porque, ella se puso nerviosa, tuvo la extraña sensación de que le conocía, aunque jamas le había visto.
El chico llamó al camarero con un gesto de su mano y pidió una birra.
Era español, cosa que tampoco le sorprendió, ya que habían coincidido con mas españoles que italianos.
El chico se giro hacia ella y se quedo mirándola descaradamente, sin disimular. Nunca nadie la había puesto tan nerviosa, ¿como tendría el morro de mirarla tan de cerca y no cortarse?, se giro ofendida, dándole la espalda. Aun así seguía sintiendo su mirada clavada en su nuca, e intuía que también en su culo, que por cierto, lo tenia precioso ultimamente. Se olvido del tipo y se puso a charlar con su hermana, que había sido la precursora de aquel viaje, sobre un chico italiano con el que habían coincidido la noche anterior, y que estaba bastante interesado en conocerla mejor, a lo que ella puso todas las pegas habidas y por haber, pues no pensaba contar a nadie el motivo de su repentino desinterés por los hombres. Su hermana se marcho medio enfadada, y sin saber como, en el lugar de que ella ocupaba volvió a aparecer el tipo feúcho, que nada mas plantarse allí, se puso a mirarla fijamente de nuevo.
Ella ya ofendida le dijo:" ¿Que coños miras?, ¿Acaso te conozco de algo?"
El tipo sonrió, dio un trago a su cerveza y contesto con voz pausada:"Creo que si, vengo buscando a una bruja que me hechizo y después salio de viaje hasta aquí".
Aun sin haberle visto jamas, aun sin haberle escuchado, supo al instante que aquel tipo feúcho y de aspecto desaliñado, era el chico en el que no podía dejar de pensar, el tipo que le robaba el sueño.
Le devolvió la sonrisa, bebió de su copa y se dispuso a hablar, aunque nunca llego a decir nada, ya que el la abrazo y le dio el beso con el que ella había soñado cada noche desde hacia un tiempo.
Con esta historia me has echo recordar mis comienzos en la lectura y sacarme una sonrisa , como no entre ellos se encontraba La Historia Interminable (ya apenas ni me acordaba de el) y el Señor de los Anillos...además de todos los autores que has mencionado , lo cuales fui añadiendo a mi colección con el tiempo. La verdad que cuando me gusta mucho un libro mas que leer lo devoro ...supongo que es algo que nos pasa a todos los que adoramos la lectura :)
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