La noche había sido dura, ya que su cuerpo cada vez toleraba menos el alcohol, y la barbacoa con amigos en casa se había prolongado algunas copas mas de lo esperado.
Se calzo sus zapatillas rosas de deporte y salio a la calle dejando la puerta abierta, ya que en aquella zona aun los peligros de las grandes urbes no habían llegado, y se podía salir tranquila sin miedo a que te robaran.
Enfilo el camino de arena, y noto los primeros rayos de sol en la cara, era una sensacion que le encantaba y que disfrutaba desde niña. Fijo su vista al frente y contemplo tan maravillada como siempre, lo hermoso que se veía el sol naciendo del mar.
Por un momento se sintió extraña, tuvo la sensacion de que alguien o algo la seguía de cerca, sin pensarlo dos veces acelero el paso. También agudizo el oído por si escuchaba pisadas tras de ella, pero sin llegar a distinguir ningún sonido.
Le pareció ver algo cerca de ella, y el pulso se le acelero, sintió miedo y no fue capaz de girarse para comprobar que era, así que acelero aun mas el paso, estaba muy nerviosa.
Cuando ya casi llegaba a la playa, el miedo se apodero de todo sus ser, y empezó a correr. La mala suerte quiso que al entrar en la fina arena, su pie se enredara en una raíz y terminara dando con sus huesos en el suelo. Se volvió casi sin poder respirar, cubriendo su cuerpo con los brazos y las manos esperándose lo peor. De repente comenzó a reír como una idiota, rió tanto que hasta se le escaparon algunas lágrimas. Cuando pudo controlar la carcajada, se dijo a si misma :" Definitivamente tengo que dejar de beber, si alguien se entera de que me he asustado y corrido por mi propia sombra me tacharía de loca".
Tras esto, tanto ella como su sombra se quedarian un rato contemplando el mar, como ambas hacían cada mañana.
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