lunes, 9 de julio de 2012

La chica del camison rojo

Ella estaba sola, sentada en la cama. Era una apuesta joven de cabellos color caoba, con algunas pequitas en su cara, que vestía un camison rojo de algodón, sencillo, pero bastante bonito, que le quedaba algo suelto debido a los kilos que se había quitado de encima por el exceso de trabajo. Sus castaños ojos no apartaban la vista de la pantalla del portátil, que era su único compañero.
De fondo solo se escuchaba el leve sonido del aparato de aire acondicionado, que no conseguía quitarle la sensación de calor que le provocaba la conversación con aquel raro violinista.
Hacia dos noches que le había saludado por casualidad en el chat, y ya no podía quitárselo de la cabeza. "¿Como seria?, ¿Que estaba haciendo con ella?, ¿Porque la ponía tan nerviosa?" - Eran preguntas que afloraban continuamente a su cabeza.
Empezaron hablando de el motivo de sus nick, y varias horas después no quería que se marchara.
El segundo día fue una cita en toda regla, aunque en vez de quedar en una cafetería o un cine, quedaron en el ciberespacio. Ella paso todo el día nerviosa, incluso se ducho justo antes de conectarse para estar radiante a sus ojos, aunque esa noche tampoco le dejaría verla.
Llego la hora y allí estaba el, saludándola y llamándola por su nombre, aunque nunca se lo confesaría a nadie, sintió un escalofrío al verle, y tardo unos minutos en contestar para hacerse la interesante.
Pasaron de nuevo horas charlando, el tiempo parecía volar, y ambos se sentían agusto. Hablaron de ciudades lejanas, de situaciones distintas, y del día que habían pasado. Ambos reconocieron haber pensado en el otro, cosa que a ella le hizo sonreír y sentir un extraño hormigueo. Después la conversacion subió de tono. Sin decir nada, los dos se dieron cuenta de que estaban "nerviosos" como ella dio en llamarlo. El suplico que ella le llamara, ella se negó aludiendo a su vergüenza. Los teclados ardían, sus cuerpos se encendieron, tanto que la blanca piel de ella, empezaba a confundirse con el rojo camison. Aun sin verse, ambos notaban la respiración agitada del otro. Ella se mordía los labios, se secaba las manos en las sabanas e incluso llego a tener el teléfono en la mano para llamarle.
"¿Que me esta pasando?"
Cuando ya se disponía a pulsar la tecla verde de llamada, el teléfono sonó sobresaltandola.
Descolgó y escucho una varonil voz al otro lado de la linea que decía:" Buenas noches cariño, ¿No te habré despertado?"
La voz la relajo bastante pero a la vez la hizo sentirse culpable, Su novio al que había estado esquivando todo el día, con esa llamada, la devolvió a la cruda realidad.



1 comentario:

  1. Me gusto la historia, últimamente en los tiempos que corren hay mas citas en el ciberespacio que en los cines jajaja :p
    En busca de la pasión perdida...pero sin remordimientos le iria mejor :))

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