sábado, 28 de julio de 2012

Amigas para siempre.

Era su amiga desde hacia muchos años, aunque ultimamente habían estado distantes. Así que aquella tarde se había decidido a invitarla a cenar en casa, así las dos podrían charlar y volver a acercarse.
En un principio su amiga pareció reacia, pero un par de minutos después acepto la invitación.
Se apresuro a llegar a casa, ducharse y preparar algo ligero para cenar, mientras hacia todo esto se comió casi media sandía que había comprado a medio día, y pensó en las palabras de un amigo un poco estúpido que le había dicho que su amiga estaba enamorada de ella, era una tontería, pero ¿Y si tenia razón? Mientras esperaba, se puso una copa, un buen whisky con algo de coca-cola, encendió la televisión y sin saber porque, cada vez estaba mas nerviosa.
A eso de las 11 llamaron a la puerta, y mientras se encaminaba a abrir, sintió un leve escalofrío. En la entrada estaba ella, vestida como si fueran a salir, un corto vestido negro, bastante ceñido, que dibujaba perfectamente las curvas de su cuerpo, y la hacían parecer deseable para cualquiera que la mirara. Al darse cuenta de que pensaba en esto, se sonrojo y se extraño. "Mi amigo es definitivamente entupido, yo soy etero, y el idiota me ha hecho pensar cosas que ni son, ni serán"- pensó.
Cenaron tranquilas, algo de picoteo, algo de comida precocinada, y una botella de vino rosado espumoso. Charlaron de sus cosas, sin hacer nada por ello, su relación volvía a ser la de siempre, y ambas se sentían felices.
Tras la cena se sirvieron unas copas, la noche se iba consumiendo sin darse cuenta de ello. Tras varios cócteles mas, llegaron las cinco de la madrugada, y ya no podía dejar que su amiga se marchara, así que la invito a quedarse a dormir con ella, como habían hecho tantísimas veces desde que se conocieran, aunque esta noche y sin entender el motivo, tenia especiales ganas de que ella durmiera en su casa.
Subieron a la habitación, se desnudaron, y se metieron a la cama.
Se tumbo de cara a su amiga, hablaron cinco o diez minutos mas y decidieron que ya era hora de dormir. Se acerco para besar su mejilla y desearle buenas noches, y por casualidad sus labios se encontraron. Se detuvo, no sabia que hacer ni que decir, pero tampoco le dio demasiado tiempo a pensarlo, ya que su amiga se acerco a ella y la volvió a besar, aunque esta vez no fue casual, esta vez el beso transmitía un deseo y una pasión contenida por años. Sus manos se perdieron bajo las sabanas, acariciándose, descubriendo lo que nunca antes habían sabido la una de la otra. Se decidió a tomar la iniciativa, y beso los labios de su amiga, lamió sus pechos, le acaricio con su boca el vientre, y dejo que su lengua dibujara una obra de arte sobre el clítoris y los labios de la vagina de su amiga, penetrando de vez en cuando la misma con su lengua y sus dedos.
Su amiga reacciono, la tumbo sobre la cama y poniéndole su sexo en la cara, comenzo a repetir los mismos movimientos que poco antes hiciera ella, le beso y lamió el coño como nunca ningún hombre hubiera hecho antes. Su  placer iba en aumento, su espalda se arqueaba, su respiracion se agitaba, y su cuerpo , su cuerpo ya no era suyo. Unos minutos después, los vecinos escucharían los gemidos y gritos de placer al llegar las dos al orgasmo. Se quedaron en esa postura, exhaustas, agotadas y relajadas.
Sobre la mesilla el móvil se ilumino, alargo la mano para alcanzarlo, leyó el mensaje de su amigo, y le contesto:" Yo también te echo de menos. Me gustaría que estuvieras aquí conmigo. Eres un tontin, ya te dije que no pasaria nada con ella, que es solo una amiga." Dio a enviar, y espero la respuesta de el, ya que siempre lo hacia. En unos segundos recibió su contestación, que decía :" Mientes fatal y lo sabes, aun así te quiero mi vida."
Quizás fuera cierto, y el pudiera ver el futuro, aun así, lo ocurrido aquella noche no lo sabría nunca, el le gustaba y no dejaría que un desliz mas lo estropeara. Y como ella le había dicho en mas de una ocasión, no había hecho nada que el no hubiera hecho a otras personas antes.




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