martes, 3 de julio de 2012

Espejito, espejito.

A través del espejo podía contemplar toda su habitación.
Su cama de dos metros, sus fotos familiares y su camisa tirada sobre la cama.
Era una estancia acogedora, después de mucho trabajo de rehabilitación, la casa había quedado monisima, y su habitación era mucho mejor de lo que el había imaginado que seria.
Lo único de lo que se arrepentía era de el espejo.
Lo había comprado en una tienda de antigüedades del barrio chino. Era un local escondido y del que todo el mundo hablaba porque su dueño desapareció un día sin dejar rastro, y desde entonces lo regentaba su hijo menor.
El espejo en cuestión, no era nada llamativo, pero desde que el entro por la puerta del local, tuvo la sensación de que le llamaba, e incluso de que brillaba con luz propia.
Al acercarse a el, vio que debería tener no menos de 200 años, el marco era de madera ricamente tallada con motivo chinos que el no terminaba de entender, pero que le enamoraron. Pregunto por el precio, y se sorprendió de que no se lo quisieran vender. Tras mucho insistir, le pidieron un precio ridículo, no recordaba si había pagado 10 ò 20 dolares por el. Había sido toda una ganga, y mientras lo transportaba a casa, le había ido buscando su lugar mentalmente. Lo coloco nada mas entrar por la puerta, al fin y al cabo solo eran un par de clavos y poco mas. Una vez instalado en su lugar, lo cubrió con una vieja sabana para no dañarlo mientras terminaban de acondicionar todo.
Desde aquel día, cada noche sentía como si alguien le observara desde el espejo, aunque sabia que eran imaginaciones suyas, y probablemente efecto de la sabana.
Hasta esa mañana no lo había destapado, y casi ni recordaba el aspecto del mismo. Había quitado la sabana y se había vuelto a quedar maravillado por los grabados. Dedico casi media hora a mirarlos todos y cada uno de ellos, se sentía orgulloso de su compra. Cuando termino, vio algo extraño en el cristal, parecía como si en el centro del mismo, hubiera una cara que le miraba. Se acerco mas para tratar de verlo, y lo vio mas nítido, era la cara de un chino anciano que parecía hablarle. Se acerco aun mas para ver si era capaz de entenderle, y así fue.
Se aparto del espejo y dijo lo que le pareció leer en sus labios:" Dentro."
En ese momento y sin saber como, vio a al anciano estirándose en su habitación y salir caminando por la puerta.
Todas las cosas estaban cambiadas de lugar, lo que debía estar a la derecha estaba a la izquierda y viceversa. Pestañeo y comprendió lo que pasaba.
Su mujer vio el espejo por primera vez al llegar a casa, se sorprendió de ver su camisa tirada sobre la cama, y le hizo muchísima gracia esa mancha que había en medio del espejo, que parecía la cara de su marido gritando.


1 comentario:

  1. ¿Sabes que con esta historia he pasado algo de miedo? Y es que los espejos pueden ser de lo más terroríficos imaginando mundos al otro lado y si encima te quedas atrapado peor.

    Me ha gustado, creo que aún no había tenido esa sensación de miedo con ninguno de tus relatos :)

    ResponderEliminar