lunes, 26 de noviembre de 2012

Sensacion conocida

Se sentía solo, pero era una sensación que le encantaba.
Al despertar aquella mañana, había preparado el desayuno, había leído el periódico y había salido a correr una hora, como cada día.
No necesitaba salir de casa para trabajar, ya que se ganaba la vida escribiendo pequeños relatos en el periódico local. Los componía y enviaba por correo electrónico, así que su vida la hacia en su casa de montaña, alejado de la estúpida sociedad y de sus convencionalismos.
Rara vez descendía a la civilización, hasta la compra la hacia por Internet para no tener que desplazarse.
El timbre de la puerta le saco de su historia de hoy, y su perro comenzò a ladrar y a correr hacia la puerta como la fiera que nunca llegaría a ser, ya que era un perro pequeño, de aspecto dócil y trato afable.
Abrió la puerta y allí estaba ella, la cartera que como cada mes le traía su pedidó mensual de boquillas alemanas para su vieja pipa.
Hacia tiempo que había dejado de fumar, pero seguía pidiéndolas solo por ver a la chica.
Como siempre la invito a pasar, y ambos tomaron café mientras charlaban de cosas sin importancia.
Tras un rato de charla, ella le dijo que se tenia que marchar que había quedado con su nuevo novio.
A el se le nublo la vista al oírlo, y la acompaño a la puerta. Se despidieron y el volvió a quedarse solo.
Su historia de aquel día resulto triste y macabra, de esas que tanto agradaban a sus lectores, pero en su corazón se sintió vació.
Se sentía solo, pero era una sensaciòn que le encantaba.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Mañana de pesca.

Las aguas del lago estaban calmadas, tanto como su mente, mientras practicaba su deporte favorito, la pesca.
Acababa de amanecer, y el reflejo del sol en el espejo que eran aquellas calmadas aguas, le hacían sentirse feliz, como ninguna otra cosa. Solo el leve ondular del sedal perturbaba aquella calma.
Aun no había picado ningún pez, pero eso era lo de menos, el se encontraba allí para estar en paz consigo mismo.
Noto un tirón en la caña, y se apresuro a recoger sedal.
Parecía una pieza grande, ya que le costaba mantener ventaja en la lucha.
Los minutos pasaban y no conseguía sacarla a flote.
Estaba convencido de que aquel seria el mayor trofeo de su vida, y con ese convencimiento perseveraba cada vez mas en la batalla.
De repente, sintió que dejaban de tirar, y que el carrete corría con demasiada facilidad. "Lo he perdido"-Pensó.
No quedaba otra que volver a poner cebo y comenzar de nuevo.
Cuando tenia practicamente todo el sedal recogido, el pez volvió a tirar, y lo hizo con tanta fuerza que el pescador salio de la barca despedido y se sumergió en el agua.
La caña se le escapo de las manos y la observo alejarse a gran velocidad sobre por el lago.
Subió como pudo a la barca, se tumbo sobre la misma y mientras contemplaba el cielo azulado pensó:" El pescador pescado. Bonito final para una mañana de pesca".



martes, 23 de octubre de 2012

Un tren, un boligrafo y el viento.

Mientras contemplaba pasar la vida a través de la ventana del pequeño compartimento que ocupaba en aquel tren, mordía la tapa de su bolígrafo, como había hecho desde pequeña, desde que le dieron aquel primer boli verde en el colegio.
Miraba como las copas de los arboles se mecían por el viento, como el otoño había logrado que las ramas se vieran casi desnudas.
El tren paro en la siguiente estación, como había hecho mas de diez veces ya, y un apuesto joven, de tez pálida, azules ojos y una bonita media melena, lisa y morena, se sentó frente a ella en aquel pequeño cubículo.
Se sonrieron y desde el primer momento la conversación fluyo entre ellos con facilidad.
Ella sintió mariposas en el estomago, cosa que le incomodo un poco.
Desde hacia tiempo cada vez que se había enamorado de algún chico, este había acabado haciéndola daño y había tardado meses en recuperarse, con lo que había decidido que no volvería a pasar por ello.
El tren continuo su marcha y ellos continuaron charlando y riendo.
El tiempo volaba y las mariposas se hacían mas y mas grandes.
Un par de horas después, se sentía como una cría esperando su primer beso, el chico era quizás el ser mas encantador que jamas hubiera conocido.
Antes de llegar a su ultima parada el tren atravesó un túnel, en el cual el joven aprovecho para acercarse a ella.

Cuando el personal de limpieza recorría el tren antes de realizar el viaje de vuelta, se asustaron y llamaron a la policía.
En uno de los compartimentos, habían encontrado a un apuesto joven, desangrado. Tenia un bolígrafo perforando su yugular, y junto a el solo estaba la tapa del mismo mordisqueada.

viernes, 12 de octubre de 2012

Un nuevo amanecer.

La noche se había tragado al mundo.
Las almas vagaban tristes por la tierra embutidas en cuerpos humanos descuidados y desaliñados.
El ser hombre, como especie estaba practicamente extinguido, y los pocos que quedaban volvían a parecer mas monos que hombres.
Desde la caída del meteorito y sus desastrosas consecuencias, nada ni nadie había vuelto a ser como antes. Una oleada de muerte y devastación había recorrido la tierra, y la lucha por los pocos víveres que quedaban había transformado a los pocos pobladores que quedaban en fieras hambrientas y despiadadas. Nadie era capaz de confiar en quien tenia al lado, así que las familias, las poblaciones y las naciones desaparecieron en pro del individuo. Con esto además desapareció la posibilidad de procrear, y cada vez era mas extraño encontrar personas sobre la tierra.
En una gélida mañana, dos de estos seres coincidieron, sus instintos les hicieron mostrarse los dientes mientras empuñaban sus respectivos cuchillos. Se miraron fijamente, manteniendo un pulso de fuerzas a traves de esas miradas. Uno de ellos relajo la mirada e incluso esbozó una sonrisa al ver la profundidad del mar en los ojos del otro. "Debió de ser la mujer mas hermosa sobre la tierra"- Pensó.
Ella también se relajo, hacia años que no veía a nadie sonreír, y sintió calor en su interior.
Ambos seguían sosteniendo sus cuchillos, ambos seguían restándose, pero el sol debió de decidir que aquello era importante, y los bañó con un solitario rayo.
Paso a paso se fueron acercando, paso a paso fueron bajando sus armas.
Se observaron, esta vez casi tocándose. Sus tensos rostros se relajaron completamente.
Se saludaron y sin  darse cuenta comenzaron a hablar de sus vidas en este terrible mundo.
Decidieron cazar juntos, aunar sus fuerzas, y casi sin percatarse de ello, pasaron a vivir el uno con el otro.
El rayo de sol que los ilumino ya nunca los abandono, y en ese preciso momento, comenzó un nuevo amanecer para el hombre.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sin secretos.

Entre ellos existía una complicidad que la llenaba de alegría.
Aunque el era un bobo como pocos, su amistad se había convertido en algo realmente importante para ella, le proporcionaba una tranquilidad que ningún hombre le había dado.
Pero ella guardaba un secreto que le impedía vivir con tranquilidad, algo que si el lo supiera quizás cambiara su comportamiento hacia ella.
Hace no demasiado tiempo, cuando  el trabajo se puso complicado, y la vida se burlaba de ella, decidió buscar una solución a sus problemas. Buceo en toda clase de libros, investigo en la red sobre posibles remedios o soluciones, y al final se decidió por probar con algo tan antiguo como el ser humano y que creía que solo era una leyenda.
Se vistió de negro, salio en plena noche y se dirigió a un cruce de caminos. Una vez en el, arranco la cabeza a una gallina que había comprado esa mañana, regó con la sangre del ave una biblia, y después la prendió fuego.
Desde ese día sus problemas se resolvieron, su vida paso a ser como un cuento, todo lo que deseaba lo conseguía casi sin esfuerzo, y jamas sufrió una enfermedad.
Ahora por primera vez se sentía mal por guardar un secreto, y no era aquel rito, no, era lo que ella había ofrecido a cambio de todo aquello.
Decidió dar un paso hacia adelante y contárselo a el.
Esa misma noche, como siempre el la dijo:" Cuentame un secreto".
Ella puso su mejor sonrisa y mirándole a los ojos contesto:"Estoy casada con el diablo".
El rió a carcajadas, y le pregunto:" ¿Y como fue?"
Poniéndose muy seria le contó el ritual, le explico como el diablo apareció y le propuso un trato, lo tendría todo a cambio de burlarse del rito del matrimonio casandose con una mortal, y que además ella tendría que darle un hijo cuando el se lo pidiera.
El no podía dejar de reír mientras la escuchaba, le parecía la mejor historia que le habían contado jamas.
Ella lo estaba pasando fatal, y deseo no habérselo contado. Como cada cosa que deseaba se cumplió, y la conversión volvió al principio, a la frase típica de el:"Cuentame un secreto".
Ella sonrió y contesto:"Sabes que no tengo secretos para ti".






viernes, 5 de octubre de 2012

Todo es vivir.

Como todas las mañanas, se estiro al despertar antes de saltar de la cama.
Bebió algo de agua y salio a la calle a correr, costumbre que tenia desde pequeño y que no abandonaba lloviera o hiciera frío.
El resto de la mañana la pasaba tirado sin  hacer nada, aunque en ocasiones gustaba de practicar con un balón, o refrescarse en la piscina de su casa.
Era atractivo y lo sabia. Cuando salia a la calle, no había mujer que no se volviera a mirarle, e incluso se acercaban a el sin ningún disimulo para decírselo.
Tenia por costumbre pasar la tarde con sus amigos, algunos días haciendo deporte, otros simplemente por hacerse compañía, y en mas de una ocasión peleando.
La vida le sonreía y el devolvía la sonrisa cada vez que podía.
Es cierto que en ocasiones había recibido mas de una bronca por su carácter cabezon e indomable, pero en general le apreciaban e incluso le querían y eso le hacia sentirse bien.
Vivir no era tan difícil como escuchaba a la gente decir, y la crisis el no la había notado, quizás estaba teniendo suerte, pero el seguía con su ritmo habitual de vida.
De todas formas, cuando eres un perro querido todo es mas fácil, todo es vivir.




martes, 2 de octubre de 2012

La tribu perdida.

Esa mañana había despertado con ganas de comerse el mundo.
Preparo su mochila y se dirigió al helipuerto que tenían en el campamento. Allí la esperaban su cámara, un técnico de sonido y el piloto.
Hoy seria el día en que descubriría y mostraría al mundo por fin esa tribu perdida en el Amazonas que jamas nadie había contactado. Cargaron el equipo y subieron al viejo aparato. En unos segundos estaban sobrevolando la enorme selva y la emoción no la dejaba parar de hablar. Estaba feliz.
Cuando no hacia ni una hora del despegue y ya se encontraban cerca de su destino, noto una fuerte sacudida, algo no funcionaba bien. El helicóptero comenzó a girar sobre si mismo y un humo negro inundo la cabina. Caían a gran velocidad y las copas de los arboles se veían mas y mas cerca.
Cuando recupero el conocimiento, se sintió dolorida, magullada y por suerte viva.
Miro a su alrededor en busca de sus compañeros y  vio al cámara tirado en un charco de sangre a su lado y sin señales de vida. El piloto permanecia en su asiento, aunque de del respaldo del mismo surgía una rama ensangrentada que debía de atravesar su cuerpo.
La puerta del helicóptero estaba abierta, así que imagino que el técnico habría salido, se puso en pie con dificultad y salio en su busca. Lo encontró nadando, tratando de atravesar el río en dirección a ella. Al menos no estaba sola, pensó.
Cuando ya estaba cerca de su orilla, observo como el agua cobraba vida entorno a su compañero, el río se tiño de golpe de un color rojizo, y miles de pirañas con sus afilados dientes, dieron cuenta del chico que seguía intentando nadar, aunque en sus brazos aparecieran esos bichos colgados y desgarrando la carne. Segundos mas tarde, el cuerpo desapareció, y el agua torno a su calma habitual.
Las lágrimas inundaron sus ojos, y aunque intento gritar, el estado de shock en el que se encontraba no se lo permitio.
Regreso sobre sus pasos, y al llegar de nuevo al lugar del siniestro, descubrió a unos indígenas de aspecto afable sentados junto al helicóptero. Se acerco con una medio sonrisa, eso era lo que había ido buscando, la tribu perdida.
Cuando llego a su lado, ellos ni se inmutaron, solo la miraron y la sonrieron.
Un escalofrío recorrió su cuerpo, sus bocas estaban rojas, y en sus manos sostenian trozos de carne, incluso miembros enteros de sus compañeros de aventura, que saboreaban como ella haría con una buena hamburguesa.
Se dio la vuelta y comenzo a correr. Lo hacia sin rumbo, sin saber a donde dirigirse.
De repente un indígena apareció justo delante de ella, por la velocidad de la carrera no pudo esquivar la lanza que este portaba y ella sola se ensarto en la misma, sintiendo como se desgarraba su vientre y su espalda.
El indígena sonrió, se relamió he izo chocar sus dientes.
Esa mañana se había despertado con ganas de comerse el mundo, pero lo que no sabia es que el mundo se la comería a ella.


lunes, 1 de octubre de 2012

Haciendo cumbre.

Las piernas no le respondían y notaba que le faltaba el aire.
La pendiente parecía no acabar nunca, y su fatiga crecía por momentos. Lamento no haber cogido algo para beber por el camino. Sentía como sus músculos se calentaban a cada paso por la quema de proteínas. Hoy además hacia sol y habían vuelto a subir las temperaturas. Estaba claro que no había escogidó el mejor día para hacer aquella machada.
Se cruzo con un par de personas que descendían y le saludaron  amablemente.
El sudor empapaba su camiseta y corría por su frente como ríos salvajes.
Veía el final, pero parecía no llegar nunca. Tan duro estaba siendo que se planteo parar a descansar, pero lo descarto porque sabia que si paraba luego le costaría mas reanudar el ascenso.
Así que se armo de coraje y continuo sin pausa pero cada vez mas despacio.
Poco después la pendiente se suavizo hasta convertirse en un llano, respiro con fuerza y levanto los brazos como aquel boxeador de no se que película.
Lo había conseguido.
Cuando se propuso la hazaña dudo de su capacidad, pero ahora se reía del mundo.
Había logrado bajar al pueblo a por tabaco y había subido la cuesta de unos 200 metros sin ayuda de nadie, y sin usar el coche.
El momento en el que mas dudo fue cuando los niños le adelantaron corriendo y se perdieron de su vista, y cuando la señora con el carro de la compra totalmente cargado le había superado y sin que tuviera ni una gota de sudor en su frente. Pero aun así lo consiguió, era todo un machote.
Eso si, no volvería a hacerlo, ya que casi una hora para esa distancia le parecía ridículo, la próxima vez seria preferible ser menos vago y subir las escaleras que le separaban de su habitación y bajar en coche. Había sido tan vago que no había ni calculado los pros y los contras de subir o no a por las llaves, y las consecuencias habían sido terribles.
Aunque quizás conociendo sus pocas ganas de moverse, dejara de fumar solo por no moverse.
Sea como sea, se sintió un tipo fuerte solo por unos minutos, ya que un esfuerzo así requería una siesta, y esas cosas si que no las perdonaba.

viernes, 28 de septiembre de 2012

¿Cuanto me quieres?

Era viernes y mientras conducía, contemplaba el agua que caía en cascadas desde los tejados.
El cielo parecía haberse roto y el agua que contenía escapa a borbotones por esa grieta. El limpia parabrisas del coche no daba abasto, pero le encantaban esos días.
La noche había caído hacia horas, y tras tomar unas copas con los amigos se decidió a dar una vuelta por la periferia y disfrutar de la soledad escuchando música y conduciendo.
Hacia demasiado tiempo que no tenia pareja, y lo echaba de menos, necesitaba a alguien a quien mimar y con quien compartir sus alegrías y tristezas. Los viernes eran los días en que mas lo añoraba, como decía su canción favorita de The Cure, el viernes estoy enamorado, pero el no lo estaba, y peor aun, nadie lo estaba de el.
Puso la canción en el cd del coche y comenzó a tararearla y a cantar su estribillo a voz en grito.
El cansancio comenzaba a hacer mella, y se encontraba a mas de una hora de casa así que decidió dar la vuelta y dirigirse a la calidez de su cama.
Durante todo el trayecto de vuelta escucho una y otra vez la misma canción, y ninguna de las veces dejo de cantarla.
Al tomar el ultimo desvió para entrar en la ciudad, estaba convencido de que necesitaba amor, así que aminoro la velocidad y se dedico a contemplar a las mujeres que ejercían la prostitución al borde de la calzada. Ya desde lejos se fijo en una belleza rubia de no mas de veinticinco años, semi desnuda, y con una sonrisa propia de una diosa. Detuvo el coche junto a ella y bajo la ventanilla del acompañante.
La chica se acerco y con acento de algún país del este le saludo:" Hola guapo".
De cerca era aun mas bonita y diría que incluso mas joven.
El sonrió y le pregunto:"¿Cuanto me quieres?"
" Cincuenta euros"- Contesto ella con su tono dulce.
El hizo un pequeño gesto de aprobacion con la cabeza y la chica subió al coche.
Minutos después, el continuaba su camino a casa, la misma canción sonaba por los altavoces, pero el en vez de cantar simplemente sonreía aunque con tristeza.
Era viernes y volvía a estar solo en el coche.



jueves, 27 de septiembre de 2012

Como un cuento.

Descendió de su caballo con la pose arrogante que le proporcionaba su estatus.
Camino altiva, con paso firme y mirada desafiante.
Su larga capa dibujaba un camino en la arena tras de si, y su enorme corcel blanco permanecía impasible, estático, casi parecía una estatua de mármol.
Su palacio, majestuoso como siempre se alzaba ante ella con sus bien cuidados jardines infinitos.
Paso a paso se acerco a la puerta principal. Era una puerta que nada tenia que envidiar ni a las puertas de oro del baptisterio de Florencia, ni a las puertas del infierno de Rodin. Estaban repletas de hermosos grabados que narraban batallas y acontecimientos históricos acaecidos en otros tiempos.
La atravesó y se encontró en medio de un enorme recibidor, decorado con esculturas de los mejores artistas renacentistas, y cubierto de suelo a techo por los inigualables mármoles de Carrara.
Lo tenia todo, riqueza, poder, posición social y amor, no podía desear mas.
El trato de alteza le agradaba sobre manera, y el "si señora" de los sirvientes la hacia sentirse única.
Lo único que le faltaba por conseguir era tener su propia familia, tener hijos tan apuestos que hasta los mismísimos ángeles y querubines les envidiaran, y para eso ya solo quedaban unos meses.
La vida perfecta, el final ideal para cualquier historia o sueño de niña.
Sonrió, dejo su pluma sobre el escritorio, y pensó en lo hermoso que le quedaría aquel cuento cuando estuviese terminado. No le había resultado difícil escribirlo, ya que simplemente había recordado como se imaginaba ella de mayor cuando no tenia mas de seis años, y lo había plasmado en aquel manuscrito.
Que bonito era soñar cuando no se sabia nada de la vida, y que hermoso es seguir haciéndolo para escapar de la cruda realidad.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Una flor.

Ella no sabia lo que le esperaba, seria algo nuevo, algo que jamas le había sucedido.
El la esperaba oculto en las sombras, manteniendo siempre una mano tras su espalda, para que nadie pudiera ver lo que escondía.
A lo lejos, en el silencio de la noche, el escuchaba los pasos de unos zapatos de tacón acercándose, y aunque podía ser cualquiera, sabia que seria ella. Retrocedió un poco mas en la oscuridad y se preparo para sorprenderla.
En ese momento una fina lluvia comenzó a caer. El no se mojaba, pero vio como poco a poco el suelo se tornaba mas brillante, y los jardines aledaños desprendían ese olor que tanto le gustaba de tierra húmeda.
Los pasos cada vez mas cercanos le hicieron tensar su cuerpo.
Calculo la distancia y cuando percibió que estaba suficientemente cerca, salio de las sombras, se tiro de rodillas frente a ella y ofreció al tiempo la flor que había mantenido en su espalda hasta ese momento.
Había planeado aquello con minuciosidad, y esperaba que la cara de sorpresa de ella le hubiera proporcionado una gran felicidad, pero no fue como lo planeo.
La cara de sorpresa fue la de el. Su rostro se torno pálido, su gesto era de todo menos de felicidad, y de sus ojos brotaron lágrimas que se confundieron con la lluvia.
Ella permanecía impasible frente a el, cogida de la cintura por un apuesto hombre, alguien de quien alguna vez habían hablado e incluso habían visto fotos, un tipo que debía ser pasado, pero que en este momento estaba muy presente.
La flor se escurrió entre sus dedos hasta caer al suelo.
Se puso en pie, dio un paso atrás, y ocultándose en las sombras desapareció para siempre.
Ella quieta y sin decir nada, escucho unos pasos que se alejaban en la noche mientras la lluvia mojaba su vergüenza.
Nunca le habían regalado flores, y estaba segura de que siempre recordaría la primera vez en que lo intentaron.

Un segundo.

Se encontraba perdido en sin salir de su habitación.
Su mente peleaba con sentimientos encontrados de amor, amistad, desilusión y fantasía.
Si ella supiera lo que su corazón sentía en aquel momento, quizás le tomara en cuenta, o tal vez pondría su mejor sonrisa y jugaría con sus emociones.
Como solía hacer en aquellas situaciones en que su cabeza no le respondía con claridad, se sentó en una esquina, en el suelo, y buscó en su teléfono alguna canción que le diera respuestas. La música para el era como el refranero, siempre tenia la respuesta mas apropiada para cada situación.
Aprovecho para echar una ojeada a sus mensajes, nunca sabia si subía o bajaba, de no ser porque sabia que no era así, habría dicho que era gallega.
"Mujeres"- Suspiro - "¿Porque lo harán toda tan complejo?"
Se puso en pie, salio a la calle y monto en su coche. Si había algo que pudiera relajarle y hacer que su mente funcionara con claridad, eso era conducir de noche, cuando el mundo dormía. Lo hacia sin rumbo, lo mismo terminaba desayunando en una playa, que veía amanecer en lo alto de una montaña.
Esta noche parece que tocarian las curvas de alguna sinuosa cima.
Mientras circulaba solo, se el ocurrió escribirla un mensaje para darla las buenas noches, y así lo hizo, practicamente sin apartar la vista de la carretera cogió su teléfono, comenzó y a escribir.
El problema fue ese practicamente, durante un segundo desvió la mirada, y no vio la señal de STOP, así que paso sin mas, y sin mas también fue arrollado por un enorme camión cargado de troncos.
A bastantes kilómetros de allí, una joven sonreía al recibir en su móvil un mensaje en el que se leía:   " Sino es contigo no quiero vivir".
Ella no tardo en contestar:" Estaremos siempre juntos".
Bajo un amasijo de hierros retorcidos, sangre y restos humanos, se escucho el sonido de un teléfono, aunque nadie contestaría, nadie leería esas letras, nadie sonreiría esta vez.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El caminante.

La noche se cernía sobre el.
Caminaba sin saber que dirección tomar, y sin ningún destino al que llegar. Hacia días que no comía, de dormir se había olvidado, y todo lo que podía hacer era recordar y llorar.
Una espesa barba enmarcaba su rostro, y la suciedad cubría su vestimenta.
No sentía ningún dolor, aunque debía de tenerlo, ya que en sus zapatillas gastadas, empezaban a aparecer manchas de sangre, probablemente de heridas provocadas de por su incesante caminar.
La gente a su paso se retiraban para que no les tocara aquel tipo con aspecto de vagabundo, y el que siempre había saludado y sonreído a todo el mundo, ahora ni levantaba la vista del suelo.
Sus ojos seguían llorosos, pero ya no tenían lágrimas que brotaran de ellos, ya no podía mas.
Las noches sucedían a los días, la lluvia al sol, los montes a los llanos, y siempre un pie adelantaba al otro sin descanso. No tardo en sentir la brisa del mar, en notar como se acumulaba el salitre en su rostro, y en descubrir donde le guiaban sus maltrechos pies. Pocas horas mas tarde se encontró al borde del mar, en una hermosa y solitaria playa de la costa asturiana. Dejo caer su cuerpo sobre la arena y recordó el día en que la conoció, en ese mismo lugar, y mas o menos sobre esa misma hora.
Su enorme sonrisa, su frágil y hermoso cuerpo, su voz de ángel, su sentido del humor, y aquel primer beso nacido de un juego. Desde entonces una vida juntos, no se habían separado ni un solo día, habían sido la envidia de el resto del mundo, hasta que recibió la llamada fatídica, hasta que le dijeron que había fallecido. Un camionero había perdido el control de su vehículo y había pasado sobre el de ella, destrozando su cuerpo y acabando con su vida. El no supo como reaccionar, solo pudo llorar. Fue entonces cuando comenzó a andar, fue entonces cuando su mente se nublo y perdió la noción del tiempo y de la realidad.
Ahora, sentado en la playa, mirando al infinito, empezaba a notar que las fuerzas le fallaban, que le costaba respirar, y recordó la promesa que le hizo a ella en aquel mismo lugar el día que le pidió matrimonio sobre esa misma arena.
Ya no podía mantener los ojos abiertos, se recosto y trato de visualizarla en su mente.
Mientras la vida se le escapaba, una sonrisa se dibujo en su rostro, y mascullo unas palabras que nadie escucharía:" Ni la muerte nos separara".


miércoles, 19 de septiembre de 2012

La magia de un beso.

Aunque parecía querer todo, su deseo era sencillo.
Le conocía desde hacia tiempo, y entre ello había una gran amistad. Cada vez que ella se sentía sola o triste recurría a el para contarle sus penas y tratar de animarse. Solían ir al cine, a tomar alguna copa, y en un par de ocasiones habían salido a cenar, pasaban gran parte de su vida juntos.
Habían superado rupturas con malas parejas, problemas familiares e incluso habían ido a alguna boda juntos.
Si podía existir amistad entre hombre y mujer, debería ser como lo que ellos tenían.
Ultimamente ella estaba bastante triste, y le buscaba con mas frecuencia de lo habitual, incluso habían dormido juntos un par de veces en la ultima semana en el coqueto apartamento que ella poseía en el centro. Cuando digo juntos, me refiero en la misma cama, piel contra piel, pero jamas paso de eso. Pero ella se sentía extraña, sentía que necesitaba mas, pero no decía nada por miedo a perder aquello que tenían.
Hoy habían ido juntos al teatro, a ver una obra cómica con la que se habían reído como nunca, después habían tomado unas copas de camino a casa, y al entrar en el apartamento habían decidido tomar una ultima antes de irse a dormir. Mientras el las preparaba paso a la habitación a cambiarse de ropa, y sin tener claro porque, se puso simplemente un camison practicamente transparente sobre su hermoso cuerpo y su ropa interior negra que dejaba poco a la imaginación.
Al verla, el se quedo de piedra, luchando por mantener los ojos en sus cuencas. Las anteriores noches que habían pasado juntos, ella solía vestir un pijama de invierno nada insinuante, pero aquello le superaba.
Ella sonrió y se acerco lentamente a la mesa para tomar su copa. Al ver que el seguía inmóvil, le pregunto:" ¿Has visto un fantasma?"
El pestañeo, trago saliva e inconscientemente se froto los ojos antes de ser capaz de hablar:" No, he visto a la mujer mas hermosa de la tierra, es posible que incluso no sea una mujer y sea un ángel".
Sin percatarse de ello, se acercaron el uno al otro, hasta que sus cuerpos se tocaron. Sus cabezas se aproximaron, sus ojos se cerraron, sus labios se encontraron y en ese preciso momento surgió la magia de un beso.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cine.

El final estaba cerca.
Fuego llovía sobre la tierra , los volcanes escupían con furia, las olas enormes barrían ciudades y nadie estaba a salvo.
Mientras ellos trataban de escapar, sin tener a donde ir. La tensión era insoportable, y los muertos se veían por todas partes. Era el fin que todas las profecías habían vaticinado.
Se abrazaban, rezaban y seguían buscando una vía de escape.
Apago la television y se recosto en el sofá.
"Estas películas americanas siempre son iguales, al final se salvaran y el mundo volverá a ser como antes."- Pensó mientras buscaba su libro entre el montón cojines que había a su alrededor.
"Si yo fuera guionista de esas películas no durarían mas de quince minutos, si el mundo se tiene que acabar que acabe rápido y que los protagonistas mueran en los primeros minutos, sin tanta agonía, Que la película es de amor, jajajajja, eso no existe, así que muertos en los primeros minutos también, de guerra, tres cuartos de lo mismo, un buen franco tirador y diez minutos de película. ¿Porque perdemos gran parte de nuestra vida viendo como se salvan los tontos, se terminan amando los que nunca deberían hacerlo y salvan al mundo los mismos día tras día?"- Seguía buscando el libro y meditando sobre lo mucho que le gustaba el cine.
"Aunque mi favorito, el que siempre se salvaría en mis guiones seria el idiota que siempre va a ver que ha sido ese ruido en las películas de miedo ¿Tan estúpidos son en Estados Unidos? Si eso pasara en una película española, alguien gritaría: ¡Marica el ultimo! y saldría corriendo todo cristo, pero ellos no, siempre hay un tipo delgaducho o una rubia mona pero tonta que sin pensarlo se dirige a lo que todos sabemos que es una muerte segura. En mis guiones ese tipo antes de bajar al sótano diría que necesitaba una linterna o algo así, saldría de la casa y los dejaría allí tirados, ya esta bien de morir por idiota, aunque claro, no se salvaría de la muerte cuando los extraterrestres llegaran a su pueblo.
Porque mira que el mundo es grande, y a ellos les encanta sembrar el pánico en algún pueblo perdido de Texas o Nuevo Mexico, ¿No les serviría igual Tenerife o Aranjuez? pues no, ellos venga a aterrizar en puebluchos de los U.S.A."
Por fin dio con el libro que estaba buscando, un ejemplar en bastante mal estado de Don Quijote De La Mancha. Y realizo una ultima reflexion antes de abrirlo y dedicarse a la lectura:" Menos mal que nos quedan los libros para conocer la verdad en lugar de perder el tiempo frente a la television".


lunes, 17 de septiembre de 2012

El acantilado.

La lluvia caía suavemente sobre ella, mientras sentada al borde del acantilado contemplaba como las olas rompían con fuerza contra los colosales muros de roca.
Hacia un par de horas que se había sentado allí a reflexionar sobre lo duro que estaba siendo levantarse cada mañana. Este ultimo año no había sido nada fácil, y en vez de mejorar, parecía empeorar a diario. Hoy además había sido especialmente duro, esperaba que le hubieran comunicado un ascenso y nada mas lejos de la realidad, había sido despedida.
Le costaba contener las lágrimas, la rabia la estaba consumiendo, hoy se sentía mas insignificante que nunca, hoy deseaba no haber nacido.
Calculo mentalmente la altura que había hasta el agua, y medito sobre que se sentiría o pensaría en esos metros de caída. En la parte baja del acantilado se veía la famosa cueva de la que todo el mundo le había hablado, un lugar  donde decían que parecía que el tiempo se detenía y que el mundo no existía. Debería haber hecho ese viaje en barca para verla, pero nunca creyó que mereciera la pena.
Dejo caer una piedrecilla y contó los segundos que tardaba en llegar al agua:" Uno, dos, tres, cuatro, cinco."
Le encantaba el estruendo que producían las olas. Eran como pequeñas explosiones seguidas de un desgarrar de ropas. Desde pequeña le habían fascinado los acantilados, eran su lugar favorito.
Volvió a contemplar el espacio entre ella y el mar, y decidió que había llegado la hora.
Se puso en pie, dio la espalda al acantilado, y con pequeños pasos se puso al borde del mismo.
Contó hasta tres, cogió aire y salto al abismo.
La adrenalina que le producía saltar era inenarrable. Freno el ritmo de la caída bajando su mano derecha. Rapelar siempre la relajaba, y hoy lo necesitaba, así que siguió descendiendo por la pared de roca y esperando que la visión de la cueva la hiciera sentir todo lo bien que le habían dicho. De no ser así no pasaría nada, ya tendría días mejores.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Sueños consumidos.

Su hermosa sonrisa crecía día tras día.
Era una joven emprendedora, que a al cumplir los treinta se decidió a crear su propia empresa, una pequeña red de distribución que le estaba proporcionando un mejor nivel de vida y unos beneficios nada desdeñables. Empezó como una simple aventura para superar la crisis, y sin darse cuenta había levantado un pequeño imperio a su alrededor. Ya disponía de delegaciones en las zonas mas alejadas de sus oficinas, contaba con cientos de comercializadores, y su buena reputación era de sobra conocida por todos. Los únicos a los que no agradaba su creciente influencia, era a los banqueros de la zona, ya que jamas les había pedido un solo euro, y no solo eso, sino que además no confiaba en ninguno para manejar sus ahorros.
La vida la sonreía, y cada noche introducía algún billete mas de quinientos euros en su colchón, no era seguro, pero había aprendido de su abuela a guardar como una hormiguita, y a tener siempre cerca su dinero.
Se encontraba tendida en la cama, pensando en las miles de cosas que podría hacer, en la gran cantidad de lugares que había decidido visitar, y en como había cambiado su vida a raíz de montar su empresa. Se encendió un cigarrillo y siguió pensando. El día había sido mas duro de lo normal, y el sueño empezaba a hacer presa de ella, poco a poco sus ojos se fueron cerrando, hasta que se quedo dormida.
El cigarro se escurrió entre sus dedos, rodó por el colchón, y comenzó a brotar un pequeño hilo de humo.
El olor a quemado la despertó sobresaltada. Vio el humo que salia del colchón, y cogió el vaso de agua que siempre tenia en la mesilla por las noches, lo arrojo al cigarro y el humo ceso.
Respiro aliviada, y sonrió.
Hoy con la cama mojada tendría que dormir en el sofá, pero al menos sus sueños esta vez no se habían escapado.
"Mañana pensare donde guardar mi dinero, seria estúpido que mis sueños se consumieran por un descuido"- Pensó. Sin darse cuenta volvió a quedarse dormida. Una noche mas dormiría sobre sus sueños y el fruto de su trabajo.


jueves, 13 de septiembre de 2012

El pintor.

Sus pinceles dibujaban animales hermosos, flores increíbles y mujeres hermosas. Hasta aquí todo era como para cualquier otro pintor, pero en su caso, lo que creaba se materializaba, salia del cuadro y durante unos minutos, en algunos casos solo segundos, se incorporaban a su vida e interactuaban con el.
Desde pequeño había tenido ese don, sus juegos eran con caballos deformes, coches cuadrados y entre arboles torpemente trazados. Su primer beso lo recibió de una apuesta joven a la que olvido pintarle los dedos. Su mascota casi siempre había sido el mismo dragón rojo, que repetía cada vez que se sentía solo. Incluso había mantenido una mas o menos larga relación con una voluptuosa guerrera vikinga, aquello había sido casi perfecto, ya que jamas discutieron, no daba tiempo, antes de que sucediera ella se evaporaba en el aire.
Su vida aun sin ser real, había sido intensa y emocionante, mas de lo que nadie jamas hubiera imaginado, pero desde la muerte de su madre, sus pensamientos se habían vuelto tristes, y la recordaba a todas horas. Se había planteado plasmarla en un lienzo para así poder abrazarla, pero sentía temor, ya que jamas había representado a nadie conocido en sus cuadros, y aun menos a nadie que hubiera fallecido.
El despertador había sonado hacia un rato, y al despertar recordaba nitidamente su sueño, había soñado con su madre, así que se dirigió a la sala que utilizaba como estudio, preparo sus utensilios, y comenzó a mover su mano derecha como si fuera un director de orquesta. Con cada desplazamiento de su mano, la imagen de su madre iba creando forma en la blanca tela. Poco después la obra estaba terminada, y como esperaba su madre surgió de la misma. Estaba tal y como la recordaba, la única diferencia era que junto a ella, del cuadro había nacido una oscuridad que inundo la estancia, pero a el no pareció llamarle la atención, se acerco a su amada madre, y sin decir ni una palabra la dio un fuerte abrazo. Primero sintió el calor que ella siempre le transmitía, para después notar como ella se escapaba entre sus manos, como en solo unos segundos ella regresaba al lienzo. Percibió también algo extraño, algo que nunca antes había ocurrido. Tras su madre, parecía incorporarse al cuadro una imagen de el mismo abrazándola. Cuando todo termino, contemplo la pintura y se sorprendió al ver que no era la que el había pintado, el jamás se pintaría a si mismo. Entonces y sin saber el porque comprendió lo que acontecido. Traer a un difunto tenia un coste, y ese coste había sido su don.
Para comprobarlo, dibujo una simple margarita, y como esperaba esta no apareció.
Se sentó en el suelo, puso sus manos sobre la cabeza y pensó:" Quien algo quiere algo le cuesta, me solía decir mi madre, y como siempre ha tenido que ser ella la que me enseñara otra lección."

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El lado oscuro.

Nadie sabia de su lado oscuro, pero lo tenia y era la mayor parte de el.
Desde muy pequeño se había dedicado a manipular a todo aquel que tuviera una mente mas débil que la suya, les hacia cometer todas sus locuras y cualquier fechoría que le pasara por la cabeza.
No tenia remordimientos, solo en ocasiones sentía una leve punzada de culpabilidad, lo que no le impedía seguir adelante con cualquier plan maquiavélico que se le ocurriera.
Su apariencia era normal, el típico tipo que pasaba desapercibido. Si le preguntabas a sus allegados, todos te dirían que sobre todo era buena gente, y en su familia era de los mas apreciados y queridos.
Maestro de la seducción, manejaba la verdad a su antojo, y cautivaba a cualquiera que se propusiera.
Era un jugador nato, solo la emoción de ganar o perder le mantenían con vida, aunque claro esta, nunca perdía.
Mientras descansaba en su cama contemplando el techo, se pregunto si habría algún reto realmente interesante, algo que colmase su ansia de jugar. Recordó a todas las personas a las que había utilizado, a cada una de las que había utilizado, y por primera vez sintió algo de remordimiento. Fue algo que le desconcertó, incluso se sintió mareado, pero se repuso rápidamente.
Se le ocurrió un nuevo reto, a partir de ese momento trataría de ser todo lo contrario a lo que había sido, no volvería a jugar con la gente, ni a manipularla. Seria agradable y buena persona.
"JAJAJA" - Rió descontroladamente. "¿Como era tan estúpido de intentar engañarse a si mismo?"- Pensó. "Lo suyo era un don y no podía rechazarlo. ¿Acaso el diablo rechazaba su poder y sus llamas?"
Tras una hora de relajarse en la cama, se puso en pie, se preparo un café y encendió el ordenador.
Mientras lo hacia dijo con una voz suave y aterradora:" Haber que nueva víctima incauta encontramos hoy".



lunes, 10 de septiembre de 2012

Fruto prohibido.

No podía contener la excitación, y su cuerpo reaccionaba acorde a ello. Estaba húmeda.
Podía sentir sus caricias, sus besos, el roce de su piel. Nunca nadie la había hecho sentir así.
La lastima es que era su imaginación la que estaba haciendo aquello, por mucho que aquel chico le resultara interesante, sus principios y su educación tradicional nunca la dejarían dar el paso necesario para poder disfrutar con el.
Había llegado mas lejos de lo que era habitual en ella, le había hablado de su vida, de sus penas y alegrías, pero verle en persona era un paso demasiado complicado.
Volvió a cerrar los ojos, y deslizando su mano bajo sus braguitas, comenzó a acariciarse fantaseando con ese encuentro prohibido. Sus dedos se vieron empapados al instante.
"¡Dios, como me pone!"- Exclamo.
Visualizaba largos besos, tiernos abrazos, delicadas caricias, y unos fuertes dedos penetrandola sin descanso. Se veía haciendo cosas que nunca había realizado, sintiendo nuevos placeres y perdiendo sus miedos.
Sin darse cuenta, un orgasmos salvaje contorsionó su cuerpo y la hizo morderse los labios para no despertar a los vecinos. Se había mordido realmente fuerte, ya que en su boca quedo ese sabor salado que deja la sangre. Acaricio el labio con su lengua y se sintió aliviada al ver que no era nada.
Sin sacar la mano de su sexo, abrió los ojos y trato de relajarse. Mientras lo hacia su cabeza mantenía una lucha interna, aunque ella ya sabia la respuesta, jamas se atrevería a conocerle, nunca le sentiría en persona. Aun así, cogió su teléfono, y le escribió un corto mensaje diciéndole:" Gracias, muchas gracias".

Año sabatico.

Tras un largo tiempo de aciaga suerte, tras recorrer medio mundo buscando el amor, tras darse cuenta de lo caprichoso que es el destino, había regresado a casa.
Todo seguía en su sitio, aunque con kilos de polvo acumulado por todas partes en su ausencia. El reloj de pared de la cocina seguía sin funcionar, y como siempre marcaba las doce en punto, debería haberlo descambiado el día que lo compro y lo puso, pero con su optimismo habitual pensó:"Quizás le de por empezar a funcionar un día de estos". Pero nunca sucedió.
Entro en el salón, y retiro la sabana vieja que cubría el sofá para protegerlo durante su viaje de la suciedad, se tumbo sin quitarse las embarradas botas y encendiendo su cámara reflex, se dedico a ver las fotos de los maravillosos lugares y personas que había conocido. No encontró a la mujer que buscaba, pero la búsqueda mereció la pena. Había sido un año increíble, lleno de emociones, peligros y aventuras, pero ahora debería volver a la dura vida cotidiana, con sus horarios, el afeitarse cada mañana y meterse en interminables atascos para llegar al trabajo. Su año sabático había concluido.
Lo único de lo que realmente se lamentaba era de haber creído a una joven por la que llego a enamorarse y que aunque el vio claramente que ella jamas haría nada por el, dedico su tiempo, su voluntad y su corazón a hacerla sentir como la princesa que para el era. Hasta que un día ella se rió abiertamente de el, y su corazón salto en mil pedazos. Aun así, esa era una experiencia que jamas olvidaría.
Siguió pasando fotos, India, Pakistan, Rusia, China....
Se puso en pie y se dispuso a deshacer la enorme mochila que le había acompañado todo ese año, Al soltar las correas, una descabellada idea le paso por la cabeza:"¿Porque debería quedarme aquí con todo lo que me falta por ver?"
Cerro las correas, cargo la mochila al hombro y abriendo la puerta salio de casa.
Pocos minutos después la puerta se volvió a abrir, y el entro nuevamente en casa. Se dirigió al salón, cogió la sabana y cubrió el sofá.
Cerro la puerta con alegría y a paso lento abandono su calle, su ciudad, su país.


viernes, 24 de agosto de 2012

Vacaciones.

Las vacaciones se acercaban y la verdad las esperaba con ganas, ya que sus ideas parecían haberse esfumado.
Hacia días que no sabia que escribir, y aunque pasaba horas delante del teclado, no era capaz de escribir mas de una linea. Quizás era su situación personal, o tal vez era solo un agotamiento mental que no le dejaba pensar con coherencia, la cosa es que cuando intentaba crear acababa fumando sin parar y borrando frase tras frase. Como no parecía tener solución se decidió a plasmar esto en una historia, creyó conveniente transmitir esta sequía a sus lectores y despedirse de ellos durante diez días, aunque sin descartar que en ese periodo de desconexión, si le venia alguna buena idea, pudiera publicar alguna cosa, pero en principio pensaba olvidarse de todo y recargar pilas para volver con mas fuerza tras su merecido descanso.
Sin mas corrigió el texto, pensó en la canción con la que adornaría esas letras y pulso el botón de publicar.

HASTA EL PRÓXIMO DÍA 5 DE SEPTIEMBRE.




miércoles, 22 de agosto de 2012

Una mañana prometedora

Se había despertado de buen humor.
Hoy debería ser un gran día, se despidió de su chica con un cálido beso al salir de casa, y se dirigió a la oficina a por los documentos del contrato que debería firmar mientras almorzaba con su mejor cliente.
Llevaba mas de 6 meses detrás de aquella operación, y hoy por fin se confirmaría. Para su empresa seria el mayor negocio que hubieran hecho jamas, y para el supondría un gran puñado de euros, un ascenso con su consiguiente subida de salario, y unas merecidas vacaciones con su pareja en la patagónica Argentina. Era el sueño de ella, y esta vez podría regalárselo. Ya se imaginaba su cara de felicidad, incluso lágrimas en sus mejillas al ver los billetes. Solo de pensarlo ya se sentía el tipo mas feliz del mundo.
Metió los papeles en su portafolios y se encamino al aparcamiento de empleados a por su coche.
Al meter la llave en el contacto, el coche no reacciono, no hizo nada. Salio y levanto el capo, aunque no sirvió de nada, el no tenia ni idea de mecánica. Miro su reloj y se dio cuenta de que el tiempo se le echaba encima, así que saco su móvil y llamo para solicitar un taxi.
Llego al hotel donde se había citado con su cliente justo a la hora acordada, se encamino a la mesa que solían ocupar y se sorprendió al ver a un tipo trajeado que pertenecía a la empresa que competía con ellos. Casi pierde el equilibrio al ver como ambos estaban firmando un contrato, le acababan de quitar el contrato de su vida. Se disculpo y muy lentamente abandono la sala. caminaba con la cabeza agachada y sin levantar la vista del suelo, sin darse cuenta tropezó con una mujer, al alzar la mirada para disculparse, el pecho le ardió, era su mujer, iba cogida de la cintura con su jefe y este tenia la llave de una habitación en la mano.
Fue incapaz de decir nada, se bloqueo, y como un niño salio corriendo de allí.
Sus sueños habían saltado por los aires en mil pedazos, su vida se había consumido en una sola hora. "Y yo que pensaba que seria un gran día"- pensó mientras no paraba de reír y llorar.

martes, 21 de agosto de 2012

Un Quijote cualquiera

Cual Quijote moderno, recorría La Mancha en busca de su Dulcinea, pero esta parecía no existir.
En la puerta de un café dio con una apuesta joven, de rizada melena, mas alta de lo normal y de aspecto desenfadado. Era mas parecida a uno de los gigantes del libro que a Dulcinea, pero tenia una dulce sonrisa que rápido cautivo al hidalgo.
Las historias de caballería no eran mas que eso, historias, y el se veía en algo real, algo que le estaba robando el corazón. ¿Como podría enamorarse de un gigante?, ¿Estaria en posesión de sus facultades mentales? La única respuesta que le venia a la cabeza es era que si. La joven aunque grande era hermosa, afable y seductora. Y tonto seria el si no se dejara embaucar. Con el paso de los días, su gigante fue tornando a princesa, su recelo a pasión, y su desconfianza a amor.
Se vio atrapado por una historia digna de novela romántica. Perdió su lanza, su yelmo e incluso a Rocinante, se vio desnudo de corazas y armaduras y vulnerable ante un torrente de sentimientos que le sobrepasaban.
Tarde fue cuando recordó como quemaban los libros de caballería, y como D.Quijote era devuelto a la realidad.
En ese momento, la vida le golpeo con toda su crudeza. Su princesa no era suya, las sonrisas no eran para el, y lo que su imaginación había creado se desvaneció.
Solo había un hombre mayor, no demasiado agraciado, tomando un café en una terraza mientras contemplaba a una hermosa jovencita a la que jamas tendría el valor de saludar.


viernes, 17 de agosto de 2012

Simplemente Gracias

Creo que hoy mis letras no pasaran de ser un sencillo agradecimiento a cada una de las personas que han dedicado algún minuto de su vida a leer mis historias.
Cuando empecé a escribir este blog, no pensé ni que durara tanto, ni por supuesto que nadie lo leyera, y por el contrario cada día ha tenido mas lectores. Esto me hace sentirme alagado a la par que asustado.
El miedo al fracaso es algo que todo ser humano llevamos dentro, y en ocasiones es lo que nos impide movernos o realizar nuestros sueños. Hace 3 meses me decidí a dar el paso, a plasmar esas locas ideas que de vez en cuando llenaban mi cabeza y que no sabia que hacer con ellas, me atreví a escribir todo ello en este modesto cuaderno, y ahora me siento feliz por haberlo hecho.
Se que mis textos en ocasiones han hecho reír, han provocado lágrimas, han intrigado e incluso excitado. Esto es bastante mas de lo que esperaba, aunque es justo lo que deseaba.
También he de disculparme con aquellos que dedicaron su tiempo a leer alguna aventura y no les agrado o no se sintieron a gusto con ello, en serio, mi mas sinceras disculpas. Espero que si vuelven a leer algo del blog les consiga agradar.
No puedo olvidar un especial agradecimiento a Luna Azulada. Gracias por tus comentarios, que en ocasiones han superado en originalidad a las propias historias, y que además con ellos me has dado fuerzas para seguir escribiendo, ya que el ver que hay gente que sigue lo que hago me hace esforzarme mas para no defraudaros. Mil gracias.
Gracias también a la gente que aun sin saberlo, o sabiéndolo me han servido de inspiración, o me han dado ideas para las historias, aquí la lista seria larga, pero no la pondré, ya que cada uno sabe que parte le corresponde.
Y no debo dejar de pedir disculpas a MC, niña, lamento haberte hecho llorar, pero gracias por confesar esa emoción y por seguir leyendome apesar de eso.

No penséis que esto es una despedida, es simplemente que necesitaba decir sin personajes ni adornos como me siento. No espero que esto sean mas que GOTAS DE ROCIÓ AL ALBA.

Mil besos y de nuevo mil gracias a todos.

Como la música se ha convertido en algo importante en las historias, os regalo una cancion que es todo un himno y un lema. YOU´LL NEVER WALK AOLONE (Nunca caminaras solo).
2 VERSIONES.




La decision.

Mientras ella trataba de dormir, el la observaba desde la silla con sus negros ojos saltones.
De día le parecía dulce y mimoso, pero al caer la noche, su mirada la ponía nerviosa, la estremecía mas que cualquier otra cosa. Había pensado en acabar con aquello y librarse de el, pero cuando el sol bañaba la estancia, siempre la hacia sonreír el verle con esa media sonrisa que permanecía inalterable en su cara. Hacia tiempo que estaban juntos, casi desde que ella era una niña, y siempre le había causado la misma impresión. Pero aquella noche parecía mas siniestro, mas tétrico, así que se armo de valor, se puso en pie y se dirigió hacia el. Lo cogió en brazos, bajo a la cocina y abriendo el cubo de basura, le dijo: "Hasta siempre querido osito de peluche".

miércoles, 15 de agosto de 2012

Visita sorpresa

Llamaron a la puerta y ella se sorprendió, esperaba visita, pero no tan pronto.
Abrió la puerta sin mirar por la mirilla. Cuando aun estaba entreabierta , noto que la empujaban y que sin darse cuenta unas grandes manos la tapaban los ojos con una venda.
Unos brazos que parecían fuertes la rodearon por la cintura y la llevaron por el pasillo hasta el pequeño salón, levantaron sus manos y sin darse cuenta aun de lo que ocurría se encontró esposada a la barandilla de las escaleras que conducían a su habitación. De pie, sin ver nada y sin poder mover sus brazos que le habían dejado extendidos sobre la cabeza, sintió miedo.
Lo siguiente que noto fueron unos labios besando su cuello con delicadeza y unas manos que acariciaban sus caderas por debajo de la gris camiseta que utilizaba a modo de vestido para estar en casa. El olor de aquel hombre le resultaba familiar. Le mordisquearon el cuello, cosa que normalmente la excitaba, y que en aquella ocasión, para su sorpresa también surtió el mismo efecto.
Escucho como quien fuera que le estaba haciendo aquello, se dirigía a la cocina y abría cajones, armarios e incluso la nevera. No tardo ni un minuto en estar de nuevo junto a ella. Escucho unas tijeras, estaba cortando su camiseta de abajo hacia arriba. Noto el frió del acero cuando apoyo las tijeras en su pecho, mantuvo la respiracion hasta que descubrió que solo quería cortar su negro sujetador. Después el acero en sus caderas, corto sus braguitas dos veces, para quitárselas.Sintió dolor y una gran excitacion al mismo tiempo cuando un hielo acaricio sus pezones, el frió era intenso, tanto que soltó un leve gemido, pero la sensacion de no saber que pasaría le provocaba sensaciones que nunca antes había vivido. mientras el hielo seguía pasando por sus pechos, se estremeció con una lengua que descendía por su vientre, entreteniéndose en su ombligo, para después continuar su camino descendente. La sintió rodeando los labios de su coñito, aunque sin tocarlos, la disfruto bajando por su pierna, hasta que llego al pie, y la encanto cuando inicio su ascenso por la cara interior de la misma. Volvió a rodear su sexo sintiendo su aliento, para repetir la misma operación con la otra pierna. Cuando estaba llegando a su coño, pensó y sin darse cuenta grito :"¡Comemelo por Dios!"
Escucho una carcajada al tiempo que las manos de aquel tipo separaban sus piernas. La respiracion sobre su clítoris la estaba volviendo loca, y necesitaba sentir mas.
Unos labios que no la eran desconocidos, besaron su boca, y los brazos que antes la asustaron, ahora siendo reconocidos la abrazaron con pasión.
Esos mismos labios besaron sus pechos, y lamieron sus pezones que dejaron de tener frió, aunque no por ello dejaron de estar duros. Volvieron a lamer su ombligo y sus caderas, esta vez no solo rodearon su coñito, esta vez se perdieron en el. Sintió como separaba los labios de su sexo con los dedos para acceder mejor a su clítoris y se dejo llevar. Cuando llego al orgasmo, inconscientemente dejo caer su peso, y noto la presión de las esposas en sus muñecas. El la ayudo a incorporarse un poco para aliviar la presión. Soltó las esposas, y aun vendada, la rodeo nuevamente con los brazos y la guió hacia la puerta de la calle. La beso con pasión, y acercando su boca al oído le dijo:" Me marcho, he quedado en media hora con una amiga que dice que no debemos tener sexo aunque los dos lo deseamos y no la puedo hacer esperar". Tras decir esto, salio y cerro la puerta.
Ella se dejo caer, se sentó en el suelo aun sin quitarse la venda y totalmente desnuda. Trato de recobrar el aliento antes de meterse en la ducha y prepararse para salir.
A la media hora llamaron nuevamente a la puerta. Se acerco ya arreglada y abrió de nuevo sin echar un ojo por la mirilla. Tras la puerta estaba el hombre que esperaba, le dio dos besos en sendas mejillas y sin decir ni una palabra, se dirigieron al ascensor.
Nunca hablarian de aquello, seria como si jamas hubiera sucedido, pero ambos estaban felices de haber podido por fin saciar su necesidad de perderse en el deseo.

martes, 14 de agosto de 2012

La Alberca

La oscuridad solo era rota por unos pequeños candiles que jalonaban las angostas calles.
Las casas construidas con vigas de madera y piedra, presentaban un aspecto siniestro, y los ecos de los cascos de un caballo, les conferían un matiz aun mas antiguo y siniestro.
Caminaba por ellas desde hacia un rato, buscando algún lugar donde cobijarme del persistente frió de la gélida noche invernal. No aparecía ninguna fonda en la que hospedarme, así que me decidí a buscar alguna cuadra que permaneciera abierta por olvido. Empuje todas y cada una de las enormes puertas de madera que encontre a mi paso, tanto la hoja superior como la inferior, ya que todas las puestas estaban divididas en dos, para en las épocas de calor poder abrir la parte de arriba sin que por ello se escapara el ganado. Tras recorrer varias calles di con una que cedió ante la leve presión de mi mano. Sin dudarlo un instante, atravese el umbral y apartando a unas pequeñas cabras que habitaban el corral, busque una esquina en la que sentarme y descansar de la larga marcha de aquel día.
Pasaron varias horas antes de que los animales entraran en su estado mas activo y me despertaran. Me incorpore, estire mis ropajes, y me encamine de nuevo hacia la fría calle. Mientras caminaba por los mismos lugares que lo hiciera la noche anterior, me maraville de las casas que me parecieron siniestras, y sin darme cuenta, tropece con un enorme cerdo que vagaba igual que yo y que rebuscaba comida en el empedrado suelo. Tome rumbo al centro del pueblo, y al girar la siguiente esquina me encontre con un río de gente que daba vida al lugar. Gente con cámaras de fotos, bolsas llenas de embutido, y niños bebiendo de las fuentes de piedra que había cerca de la plaza. Fue como dar un salto en el tiempo, durante la noche me había sentido transportado en el tiempo a varios siglos atrás, y al despuntar el sol, el pueblo había regresado a la actualidad. Todo lo que me habían contado del lugar era totalmente cierto, era como un gran mercado medieval, pero sin disfraces ni parafernalias, El tiempo había respetado aquel hermoso lugar y yo tenia la suerte de poder disfrutarlo.













lunes, 13 de agosto de 2012

La otra vida.

Sus dedos se movían con rapidez, y el placer la hacia sentirse en una nube.
Sentía cada caricia, como jamas las había sentido con su pareja, o al menos no era capaz de recordarlo. Sus besos la hacían sentirse viva de nuevo. No era algo nuevo para ella, no era la primera vez que se dejaba llevar por un extraño.
Era una mujer casada, incluso se podría decir que felizmente casada, pero por las noches, se transformaba, se dejaba llevar y se perdía en un nuevo mundo de tentación y pecado.
Sus dedos ralentizaron el ritmo mientras su excitación crecía.
Aquel muchacho era atractivo, parecía inteligente, y la había hecho reír como una loca, quizás por eso le había permitido jugar.
Le conocía hacia poco mas de una hora, pero tenia la sensación de conocerle de siempre. De vez en cuando aparecía esa rara sensacion con alguien, y sin entender el como, ni el porque, no querías que aquello terminara, y hacías cosas que nunca te habrías imaginado.
El estaba besando sus pechos, y acariciando sus caderas, y ella no podía mas, necesitaba cerrar los ojos y disfrutarlo, pero no podía hacerlo.
Sus dedos estaban practicamente inmoviles.
El chico se había tumbado y le había pedido que se sentara sobre su boca, a lo cual su respuesta fue: "Si, me encanta".
Estaba mas húmeda que nunca, y su cuerpo transpiraba en aquella noche calurosa de Agosto.
Sintió la hábil lengua del muchacho mientras se estremecía.
Desde la planta superior, escucho una voz que la llamaba; "Mama, mama".
Sus dedos volvieron a moverse raudos y veloces, tecleo : "Te tengo que dejar, besos".
Movió el ratón hasta el menú principal, y con el botón izquierdo del mismo, hizo click en la opción de apagar.
Volvía a su feliz realidad, a esa que le daba la vida y que no cambiaria por nada.
Su mundo de fantasía debería esperar hasta la siguiente noche, hasta el momento en que se perdiera de nuevo por su chat de siempre.





sábado, 11 de agosto de 2012

Princesa rota.

Siempre soñó con ser tratada como una princesa, pero su comportamiento era mas el de una reina déspota.
Le encantaba que estuvieran pendiente de ella, pero solo cuando ella lo necesitaba, el resto de su tiempo no quería saber nada de aquellos que aunque deseaban que los amara no eran mas que súbditos de una extensa lista de plebeyos.
Estaba pasando unos días en sus tierras costeñas, agasajada de presentes y atenciones por los lugareños, se sentía mas viva que nunca, y la felicidad llenaba su corazón.
Aquella noche tenia una cena con un apuesto y encantador joven, el yerno que toda madre querría tener, así que se vistió con sus mejores galas, se perfumo sutilmente, y se dispuso a esperarle.
Todo era perfecto, el restaurante junto al mar, la música de fondo, los elaborados manjares que les sirvieron y la animada conversión. Le habría encantado que la noche no terminara jamas, pero el tiempo pasa inexorablemente y como en la cenicienta, la princesa debía regresar a casa. Cuando regresaban, se percato de que la calabaza era un coche, con tristeza vio que no había ratones convertidos en corceles, y que sus zapatos no eran de cristal. Vio también que el camino que habían tomado no era el de su palacio, sino el de la casa de su acompañante. Sabia cual era el pago por una noche tan agradable, asumía que nadie suele dar sin pedir nada a cambio, tendría una noche de sexo, una mas.
Cuando amaneció, desayunaron juntos, el se ofreció a llevarla a casa y ella acepto.
Mientras el conducía, ella meditaba sobre su vida, sobre sus necesidades, y observaba las nubes por la ventana del coche. Siempre había disfrutado buscando parecido a las nubes, incluso tomaba como predicciones lo que estas le mostraban.
Cuando el la miro, por las blancas mejillas de la joven resbalaban unas diminutas lágrimas. El chico sorprendido pregunto:"¿Que te pasa?"
Ella no hablo, pero si dirigió su pulgar hacia una enorme nube blanca que había enfrente.
El miro y solo vio una nube mas, así que se encogió de hombros.
Ella por el contrario veía claramente una corona rota en aquel cirro, lo que le hacia ver con claridad el significado de su vida.


viernes, 10 de agosto de 2012

Caramelo tentacion.

Se abrió la puerta y allí estaba ella.
Era incluso mas hermosa de lo que imaginaba. Vestía unas veraniegas chanclas, una corta falda vaquera y una sencilla camiseta naranja con el nombre de una marca de bebidas alcohólicas, aunque lo que mas le llamo la atención fue el color de su piel, no era morena, ya que tenia un brillo distinto, si tuviera que definir el color de la misma seria quizás caramelo tentación, no se si existe, pero no se podría llamar de otra forma.
El como había prometido, le había comprado el desayuno, un descafeinado y un croissant.
Se saludaron y pasaron dentro de la vivienda.
Charlaron durante una hora mas o menos, contándose su situación actual, sus penas y mencionando de vez en cuando las conversaciones mantenidas entre ellos a traves de teléfono o Internet en los varios años que hacia que se conocían.
La cosa subió de temperatura y una cosa llevo a la otra. Se besaron, se acariciaron y se desnudaron mutuamente. El la llevo en brazos hasta la habitación, donde lamió cada centímetro de esa bonita piel. Los besos y caricias surtían su efecto, ya que la espalda de ella se arqueaba y la respiración se le agitaba. Cuando el se aproximaba y estaba apunto de penetrarla, se escucho la puerta. Ella le empujo y le dijo que se metiera debajo de la cama. Quien había abierto la puerta era su marido, y como le descubriera, correría peligro su vida. El obedeció, y ella se puso con una pose insinuante.
Cuando entro el marido, ella le dijo que estaba tardando demasiado, que tenia una mañana cachonda y que había decidido esperarle en la cama para que saciara su sed de sexo.
El resto os lo podéis imaginar.
Y respecto a si salio o como lo hizo  de la estancia, os diré que salio, pero el como no lo contare por si ese pobre marido lee esto y descubre mas de lo que debería.





jueves, 9 de agosto de 2012

La fuente de la vida.

A lo lejos se escuchaba una triste campana que sonaba sin motivo aparente.
Hacia días que seguía la senda del rio, remontando su cauce por una u otra margen, dependiendo de lo que la vegetacion le permitiera. En teoría en el nacimiento del mismo, se encontraría la fuente de la eterna juventud, pero el no creía en ello, simplemente deseaba vivir otra aventura, y aquella era tan valida como cualquier otra. Ya no debía de quedar demasiado, según su mapa, esa misma mañana alcanzaría su meta, así que acelero el paso y dejo sus pensamientos a un lado.
Unas horas después, el hilo de agua en el que se había convertido el cauce, se perdía en el interior de una cueva. Su entrada era angosta y oscura, pero esto no era problema para el, estaba bastante delgado y como todo buen aventurero estaba provisto de una potente linterna. Se interno en la cueva y arrastrándose llego a una cavidad enorme. Se puso en pie y apago la linterna. Miles de rayos solares inundaban la estancia. Eran pequeños, como si alguien con una aguja hubiera perforado la  bóveda de aquella descomunal cueva. Cada haz de luz surgía de un punto distinto, pero todos convergían en el mismo, justo en el centro de la cueva. Allí, de una piedra redondeada, de mas o menos un metro de altura, brotaba un pequeño chorro de agua, la fuente de la vida, al menos de aquel rio.
Se acerco, junto sus manos haciendo con ellas un pequeño cuenco, tomo agua en el y la acerco a sus labios. Al beber aquel agua, le embargo una tremenda emoción, incluso un velo de lágrimas cubrió sus ojos. El viaje había merecido la pena, era el mejor agua que había probado jamas. Una vez comprobado, saco su teléfono móvil, llamo a su secretaria y le ordeno que comprara aquellos parajes. Ya tenia ubicación para su nueva embotelladora de agua mineral. Seria una lastima destruir aquella bóveda, pero los negocios son los negocios.


miércoles, 8 de agosto de 2012

Erase una vez.

Había despertado como cualquier otro día, sin ganas de hacer nada, pero con ganas de vivir.
Se sentó delante del ordenador dispuesto a escribir alguna historia llena de fantasía e incluso con algún giro emocionante al final. Por alguna extraña razón recordó la Capilla Sixtina, la gran obra de Miguel Ángel, y se sintió pequeño. Eligió la canción que adornaría sus letras, se había decidido por lucha de gigantes de Nacha Pop, y al escucharla empequeñeció aun mas. Puso la television un rato para despejarse y tratar de hacer que su cabeza funcionara nuevamente, los juegos olimpicos inundaron su salón, y para su sorpresa, vio a un español remando como nunca para conseguir una medalla, eso si que era una proeza, el tipo era la quinta que conseguía sumando los tres últimos juegos. Se sintió diminuto.
El mundo estaba lleno de personas que realizaban azañas increíbles que perdurarían por siempre, y el lo único que hacia era plasmar las tonterías que se le ocurrían en un blog simple y poco elaborado. ¿Que pensaría cualquiera de esos grandes personajes de alguien como el?
Volvió a ponerse frente al teclado, pero ni una sola idea acudía en su rescate.
Por mucho que lo intentaba, nada, estaba en blanco.
Dejo que la música llenara la estancia, bajo las persianas, se tumbo y mentalmente repaso todo lo hermoso que había contemplado en su vida, en sus viajes por el mundo o excursiones por ciudades monumentales, las canciones que le habían emocionado o los libros que le habían cautivado. El tiempo paso sin percibirlo, y sus fuerzas se fueron agotando. Se incorporo y volvió a enfrentarse al teclado, a la pantalla en blanco, y escribió :"
Había despertado como cualquier otro día, sin ganas de hacer nada, pero con ganas de vivir.
Se sentó delante del ordenador dispuesto a escribir alguna historia llena de fantasía e incluso con algún giro emocionante al final...


martes, 7 de agosto de 2012

La dama de blanco.

Como cada día me dirigí a ver a uno de los muchos posibles clientes que llamaban por teléfono solicitando presupuesto para proteger sus viviendas o empresas, aunque esta vez era algo mas peculiar. El presupuesto era para proteger un cementerio que parecía ser que los chicos del pueblo usaban para hacer botellón, y la persona de contacto era el párroco del mismo.
Llegue con media hora de antelación, como era costumbre en mi, ya que me gusta fumar un cigarro y antes de entrar, y aparte evito llegar tarde en caso de encontrar trafico. Frente al cementerio había un banco de madera con una chica sentada en el. Era una mujer de no mas de veinte años, lucia un blanco vestido y sostenía una rosa roja entre sus manos. Me senté en el otro extremo del banco y encendí  mi cigarrillo. Al mirar hacia el interior, vi que se estaba celebrando un funeral, y por curiosidad le pregunte a la joven:" ¿Sabes si les queda mucho?"
La chica contesto:" No creo, no ha venido casi nadie, y por lo que parece no es que preocupara a demasiada gente."
"¿Conocias al difunto?"-Pregunte.
"Si,  mejor que nadie."- Dijo ella.
Como parecía que no quería hablar, decidí seguir fumando sin mas.
Poco después de acabar el cigarro, la gente comenzo a marcharse, con lo que me puse en pie y me dirigí a la puerta, no sin antes desearle buenos días a la joven y despedirme cordialmente, aunque ella no dijo ni un simple adiós, y permaneció sentada con la mirada perdida.
Entre al pequeño cementerio y me acerque a la capilla que había en el centro. Salude al párroco, me presente y le di mi tarjeta. Me contó cuales eran sus necesidades y que quería proteger. Parecía algo sencillo, con cuatro cámaras que harían una función disuasoria, estaría practicamente solucionado. Recorrí la capilla viendo cual seria el mejor camino para los cables y la mejor situación para instalar el grabador. Mientras hacia esto, vi una foto sobre el altar, y me sorprendió bastante. Era de la joven con la que había hablado en el banco. El cura vio mi sorpresa y me pregunto:" ¿La conocías?"
"Si, he hablado con ella mientras esperaba a que saliera la gente"- Respondí.
El párroco me miro como si estuviera loco, y sin decir nada, me hizo un gesto con la mano para que le siguiera. Me guió hasta una tumba que un par de operarios estaban terminando de sellar, y señalando con el dedo, me mostró la lapida.
En esta rezaba un nombre de mujer, la fecha de dos días atrás y la foto de la joven con la que había hablado fuera. Sentí que me faltaba el aire, note mi sangre helandose en mis venas y sin abrir la boca, di media vuelta y salí caminando despacio de aquel lugar. Al pasar junto al banco lo mire de reojo, con miedo a que ella estuviera allí, pero gracias a dios no había nada. Continué hasta mi coche, lo abrí y lo puse en marcha, todo lo hacia de forma mecánica, sin ser capaz de pensar. Acelere y salí del pueblo.
Al llegar a casa, descendí del coche, respire profundamente para recomponerme. Aquello no podía haber pasado, así que mejor lo olvidaría y no lo contaría jamas a nadie, de por si, ni daría el presupuesto solicitado, no volvería a acercarme por allí nunca. Abrí la puerta trasera del coche para coger mi maletín, y la sangre se me heló de nuevo. Sobre el maletín estaba la rosa que la chica había mantenido en sus manos.