sábado, 11 de agosto de 2012

Princesa rota.

Siempre soñó con ser tratada como una princesa, pero su comportamiento era mas el de una reina déspota.
Le encantaba que estuvieran pendiente de ella, pero solo cuando ella lo necesitaba, el resto de su tiempo no quería saber nada de aquellos que aunque deseaban que los amara no eran mas que súbditos de una extensa lista de plebeyos.
Estaba pasando unos días en sus tierras costeñas, agasajada de presentes y atenciones por los lugareños, se sentía mas viva que nunca, y la felicidad llenaba su corazón.
Aquella noche tenia una cena con un apuesto y encantador joven, el yerno que toda madre querría tener, así que se vistió con sus mejores galas, se perfumo sutilmente, y se dispuso a esperarle.
Todo era perfecto, el restaurante junto al mar, la música de fondo, los elaborados manjares que les sirvieron y la animada conversión. Le habría encantado que la noche no terminara jamas, pero el tiempo pasa inexorablemente y como en la cenicienta, la princesa debía regresar a casa. Cuando regresaban, se percato de que la calabaza era un coche, con tristeza vio que no había ratones convertidos en corceles, y que sus zapatos no eran de cristal. Vio también que el camino que habían tomado no era el de su palacio, sino el de la casa de su acompañante. Sabia cual era el pago por una noche tan agradable, asumía que nadie suele dar sin pedir nada a cambio, tendría una noche de sexo, una mas.
Cuando amaneció, desayunaron juntos, el se ofreció a llevarla a casa y ella acepto.
Mientras el conducía, ella meditaba sobre su vida, sobre sus necesidades, y observaba las nubes por la ventana del coche. Siempre había disfrutado buscando parecido a las nubes, incluso tomaba como predicciones lo que estas le mostraban.
Cuando el la miro, por las blancas mejillas de la joven resbalaban unas diminutas lágrimas. El chico sorprendido pregunto:"¿Que te pasa?"
Ella no hablo, pero si dirigió su pulgar hacia una enorme nube blanca que había enfrente.
El miro y solo vio una nube mas, así que se encogió de hombros.
Ella por el contrario veía claramente una corona rota en aquel cirro, lo que le hacia ver con claridad el significado de su vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario