miércoles, 22 de agosto de 2012

Una mañana prometedora

Se había despertado de buen humor.
Hoy debería ser un gran día, se despidió de su chica con un cálido beso al salir de casa, y se dirigió a la oficina a por los documentos del contrato que debería firmar mientras almorzaba con su mejor cliente.
Llevaba mas de 6 meses detrás de aquella operación, y hoy por fin se confirmaría. Para su empresa seria el mayor negocio que hubieran hecho jamas, y para el supondría un gran puñado de euros, un ascenso con su consiguiente subida de salario, y unas merecidas vacaciones con su pareja en la patagónica Argentina. Era el sueño de ella, y esta vez podría regalárselo. Ya se imaginaba su cara de felicidad, incluso lágrimas en sus mejillas al ver los billetes. Solo de pensarlo ya se sentía el tipo mas feliz del mundo.
Metió los papeles en su portafolios y se encamino al aparcamiento de empleados a por su coche.
Al meter la llave en el contacto, el coche no reacciono, no hizo nada. Salio y levanto el capo, aunque no sirvió de nada, el no tenia ni idea de mecánica. Miro su reloj y se dio cuenta de que el tiempo se le echaba encima, así que saco su móvil y llamo para solicitar un taxi.
Llego al hotel donde se había citado con su cliente justo a la hora acordada, se encamino a la mesa que solían ocupar y se sorprendió al ver a un tipo trajeado que pertenecía a la empresa que competía con ellos. Casi pierde el equilibrio al ver como ambos estaban firmando un contrato, le acababan de quitar el contrato de su vida. Se disculpo y muy lentamente abandono la sala. caminaba con la cabeza agachada y sin levantar la vista del suelo, sin darse cuenta tropezó con una mujer, al alzar la mirada para disculparse, el pecho le ardió, era su mujer, iba cogida de la cintura con su jefe y este tenia la llave de una habitación en la mano.
Fue incapaz de decir nada, se bloqueo, y como un niño salio corriendo de allí.
Sus sueños habían saltado por los aires en mil pedazos, su vida se había consumido en una sola hora. "Y yo que pensaba que seria un gran día"- pensó mientras no paraba de reír y llorar.

2 comentarios:

  1. Las malas pasadas de la vida. Por eso, los días mejores suelen aquellos de los que no esperamos nada :)

    ResponderEliminar
  2. Por cierto... otro pingüino más para la guarida, jajaja... puede que algún día me entretenga en contarlos ;)

    ResponderEliminar