lunes, 21 de mayo de 2012

Observador impasible.

Siempre me gusto contemplar el reflejo del sol sobre los tejados, desde no recuerdo cuando, me pasaba días y noches inmóvil, con los ojos bien abiertos mirando todo lo que pasaba en la ciudad. Incluso en días de lluvia o noches de tormenta, no podía dejar de observar.
¿Os habéis recreado con un amanecer sin pestañear? ¿Os quedasteis alguna vez petrificados ante la belleza de una puesta de sol? Pues yo lo hago a diario.
Lo único que no entendí jamas es porque los hombres me hacían miles de fotos cuando jamas gire la cabeza para decirles nada, ni porque incluso venían personas a diario y se paraban a mi lado si mas.
Hasta que hace unas horas he intentado moverme. Entonces gritos, llantos y empujones de la gente, todos corrían mientras a lo lejos oí que decían, la gárgola esta viva.

1 comentario:

  1. Preciosa historia. Me encanta eso de ponerle alma a las estatuas :)

    Otra cosa que también me gusta es que esta historia tiene su toque de humor, que también hay que poner alegría en tu guarida, jajaja

    Y esta foto tampoco se puede quedar sin comentario porque es una preciosidad, con una de las mejores luces del día y esa gárgola pensativa que si que es verdad que parece que va a moverse.

    Un beso :)

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