viernes, 25 de mayo de 2012

Redencion

Mientras escuchaba Caruso siendo interpretado por el gran Luciano Pavarotti, en la oscuridad de su habitación, meditaba.
Cuanto daño había infligido.
Aun parece que fue ayer cuando se convirtió en esto. Recuerda esa punzada de dolor en el cuello casi como si se estuviera produciendo en este preciso momento. Fue una mala noche, con pésima bebida y aun peor compañía.
Apartir de ese día, todo cambio, ya no existió el dolor, ni la conciencia, nada que le perturbara.
¿Entonces a que viene esta reflexión?
Quizás tenga que ver con su ultima víctima, ese ser al que sin quererlo, acabo lastimando.
Sin conocerla, sin tocarla, simplemente por su influencia maligna forjada en demasiados años de existencia.
¿Porque ese apego del ser humano a sus vástagos?
¿Nunca comprenderan que antes o después acaban siendo fuente de dolor y sufrimiento?
Nunca tuvo en cuenta que la desesperación, o quizás la amargura de su sacrificada pudiera dañar a un tercero. Tanto tiempo existiendo y aprendiendo cada día. Gloriosa vida eterna, siempre me acabo sorprendiendo, pensó para si.
"Si hubiera terminado antes con ella esto no habría pasado."- Se lamentaba una y otra vez.
En ese momento tomo una determinación. Cruzaría el país, removería cielo y tierra hasta encontrar a esa mujer dolorida, y empuñando una estaca de la mejor madera, "no me merezco menos"- pensó, le ofrecería su misera vida a aquella encantadora señora, a la que sin quererlo había herido.

Entonces, mientras pulsaba el boton de su equipo de musica para volver a escuchar el mismo tema, profirio una seca carcajada: "JAJAJA...."
Al menos el mundo sera un lugar mas tranquilo.

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