miércoles, 23 de mayo de 2012

El sapo gorrrrddooo

 Una vez hace ya algún tiempo, conocí a un niño encerrado en un cuerpo de hombre, a un chico que le costaba crecer y que a la vez trataba de aparentar ser un hombre fuerte y cabal. Este niño un día por casualidad dio con una princesa a la cual como a todas las princesas de los cuentos la vida no la había tratado demasiado bien. Tras unos días de charlar con ella, y por casualidad la vio un día bajar de su carruaje y se animo a invitarla a un café. Tras un par de horas que el no quería que acabaran nunca, se despidieron y el se sentía mas vivo que nunca. Días después ella le invito a cenar en su palacio de estilo arabesco, la cena el no la recuerda, pero si su camiseta con un lema sanguinario y divertido a la vez, también recuerda su sonrisa, sus hermosos ojos y lo mala que era jugando a las cartas, tanto que perdió su residencia campestre y su carruaje. Tras eso unos juegos, unas cosquillas y el primer beso. El tiempo se detuvo, la respiración se agito y el niño se sintió hombre.
Tras aquella noche se vieron cada vez mas amenudo, aunque la alegría no era plena, ya que el tiempo se les escapa entre los dedos, tic tac, tic tac, implacable marcaba el final que ninguno de los dos quería. Así hasta que pronto surgieron promesas de amor eterno, pronunciadas con el corazón, con el alma, y en ocasiones con lágrimas en los ojos de ambos.
Recuerdo también una noche mágica, una noche en la que la princesa expulso sus diablos desde la carroza y a voces dijo adiós a su prisión, tras lo cual el paso la mayor parte de la noche mirando dormir a su princesa y rogándole que no se marchará nunca. Esa noche fue lo mas mágico e increíble que el niño había vivido en su vida, aun la recuerda con ternura.
 Después la princesa partió hacia nunca jamás, aunque ellos mantenían el contacto, las promesas y el anhelo de los besos del otro. Pero de repente todo cambio, ella se encontró con una pesadilla que la atormentaba día y noche, con la bruja mala que aun no había aparecido en este cuento.
Todo cambio, el niño dejo de ser su príncipe y paso a ser la bruja mala. surgieron reproches, discusiones continuas, solo interrumpidas por una mirada cálida de bienvenida, seguida de un paseo entrañable y una noche en la que ambos hacían por estar siempre cuerpo contra cuerpo para sentir al otro, pero al día siguiente, volvieron a ser bruja y princesa. A todo esto, ninguno quería estar sin el otro, ninguno quería separarse, pero los trucos, hechizos y maleficios de la bruja cada vez los hacían discutir mas.
Hasta que un día la princesa devolvió al que se creía ser príncipe a donde pertenecía, y solo cuando el niño se vio en el estanque supo que no era niño, que no era príncipe, sino que era un simple sapo que soñaba con cuentos, que confundió su lugar y que quiso mas de lo que la vida le tenia preparado para el.
 Y si no crees esta historia, cuando estés cerca de un estanque, agudiza tu vista y escucha atentamente, quizás entre todos los croaggg, croaggg, puedas llegar a distinguir un sapo gorrrrddooo que emita continuamente el nombre de su princesa, Maaarrrriiaaaa, Maaarrrriiaaaaa.


1 comentario:

  1. Una pena que los cuentos de mayores acaben mal. Pero siempre puede venir otra princesa que le de un beso al sapo y lo vuelva convertir en príncipe :)

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