martes, 7 de agosto de 2012

La dama de blanco.

Como cada día me dirigí a ver a uno de los muchos posibles clientes que llamaban por teléfono solicitando presupuesto para proteger sus viviendas o empresas, aunque esta vez era algo mas peculiar. El presupuesto era para proteger un cementerio que parecía ser que los chicos del pueblo usaban para hacer botellón, y la persona de contacto era el párroco del mismo.
Llegue con media hora de antelación, como era costumbre en mi, ya que me gusta fumar un cigarro y antes de entrar, y aparte evito llegar tarde en caso de encontrar trafico. Frente al cementerio había un banco de madera con una chica sentada en el. Era una mujer de no mas de veinte años, lucia un blanco vestido y sostenía una rosa roja entre sus manos. Me senté en el otro extremo del banco y encendí  mi cigarrillo. Al mirar hacia el interior, vi que se estaba celebrando un funeral, y por curiosidad le pregunte a la joven:" ¿Sabes si les queda mucho?"
La chica contesto:" No creo, no ha venido casi nadie, y por lo que parece no es que preocupara a demasiada gente."
"¿Conocias al difunto?"-Pregunte.
"Si,  mejor que nadie."- Dijo ella.
Como parecía que no quería hablar, decidí seguir fumando sin mas.
Poco después de acabar el cigarro, la gente comenzo a marcharse, con lo que me puse en pie y me dirigí a la puerta, no sin antes desearle buenos días a la joven y despedirme cordialmente, aunque ella no dijo ni un simple adiós, y permaneció sentada con la mirada perdida.
Entre al pequeño cementerio y me acerque a la capilla que había en el centro. Salude al párroco, me presente y le di mi tarjeta. Me contó cuales eran sus necesidades y que quería proteger. Parecía algo sencillo, con cuatro cámaras que harían una función disuasoria, estaría practicamente solucionado. Recorrí la capilla viendo cual seria el mejor camino para los cables y la mejor situación para instalar el grabador. Mientras hacia esto, vi una foto sobre el altar, y me sorprendió bastante. Era de la joven con la que había hablado en el banco. El cura vio mi sorpresa y me pregunto:" ¿La conocías?"
"Si, he hablado con ella mientras esperaba a que saliera la gente"- Respondí.
El párroco me miro como si estuviera loco, y sin decir nada, me hizo un gesto con la mano para que le siguiera. Me guió hasta una tumba que un par de operarios estaban terminando de sellar, y señalando con el dedo, me mostró la lapida.
En esta rezaba un nombre de mujer, la fecha de dos días atrás y la foto de la joven con la que había hablado fuera. Sentí que me faltaba el aire, note mi sangre helandose en mis venas y sin abrir la boca, di media vuelta y salí caminando despacio de aquel lugar. Al pasar junto al banco lo mire de reojo, con miedo a que ella estuviera allí, pero gracias a dios no había nada. Continué hasta mi coche, lo abrí y lo puse en marcha, todo lo hacia de forma mecánica, sin ser capaz de pensar. Acelere y salí del pueblo.
Al llegar a casa, descendí del coche, respire profundamente para recomponerme. Aquello no podía haber pasado, así que mejor lo olvidaría y no lo contaría jamas a nadie, de por si, ni daría el presupuesto solicitado, no volvería a acercarme por allí nunca. Abrí la puerta trasera del coche para coger mi maletín, y la sangre se me heló de nuevo. Sobre el maletín estaba la rosa que la chica había mantenido en sus manos.



2 comentarios:

  1. Me encantan las historias de fantasmas y aunque pudiera ser una típica historia de fantasmas, tiene eso bonito y romántico detalle de la rosa.

    Yo que casi había pensado que la chica fantasma se había ido con el protagonista... o quien sabe si lo de la rosa es la demostración de que estará cerca...

    De paso gracias por hacernos recordar tantas músicas de los 80´s :)

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  2. Me gustaba la canción, pero no había visto el video, jajaja... me encanta

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