martes, 1 de marzo de 2016

El humillado caballero.

Entro cuan elefante en cacharrería, espada en alto y gritando enfurecido:"¿Donde están esos bribones?, Por dios que he de rebanarles el gaznate cuan ave de corral antes de la cena del día de nuestro señor."
Los asistentes inconscientemente se asustaron y se echaron atrás en sus bancos.
Salto sobre las mesas, blandiendo su acero, pasando de cuello en cuello mientras escrutaba las cara de aquel al que correspondiera notar el frió del afilado metal, tratando de dilucidar si sabían o no donde se encontraban los culpables de aquel monumental enfado.
Se acerco al tabernero y envainando su arma le pido una jarra de su mejor vino.
Se recostó sobre la barra de madera y comenzó a sollozar como un niño.
La esposa del posadero se acerco y pregunto:"¿Que le sucede vuestra merced? ¿Que os aflige?"
El caballero se despojo de su sombrero, meso con cuidado la pluma del mismo y procedió a relatar a la dama:
"Cuando llegue a casa encontré a mi esposa yaciendo con el mozo de cuadras, le perseguí por toda la casa, hasta que llegue a la cocina. Allí le perdí de vista, pero tropecé con el cocinero, al cual pregunte si había visto pasar al mozo desnudo. me dijo que no, y pregunto me que porque iba desnudo y porque le había yo de perseguir. Le conté lo acaecido y lejos de animarme se sorprendió, pero no por el mozo, sino por como exclamo sin darse cuenta - ¡la muy puta de la señora!, no tuvo bastante conmigo esta mañana que ademas necesito del mozo de cuadras.
Bien sabe dios que tarde mas que el en reaccionar, sino ya su cuerpo estaría frió y mi espada ensangrentada, pero cuando quise reaccionar él ya había salido corriendo y se encontraba lejos de mi alcance.
Según salia a por el me encontré con mi fiel escudero, un muchacho de no mas de 16 primaveras, y le pedí ayuda para encontrar a esos dos bellacos que habían mancillado mi nombre, mi cama y a mi esposa. El muchacho entro en cólera y salio a la carrera a buscarlos, mientras gritaba : ¡Salid de vuestro escondite gallinas! Me dijisteis que solo yo gozaría de los senos y caricias de la señora.
Imagine mi furia y rabia, yo de justa en justa y mi mujer de hombre en hombre."
Buahhhhhhhhhhhhhh!!!!! Lloro voz en grito.
De detrás de la barra aparecieron 3 cabezas y al unisono dijeron:"Menos justar y mas amar, sino nunca sabrán con quien sus damas van a retozar."
El telón descendió desde el techo del teatro y los antes sobresaltados asistentes se pusieron en pie aplaudiendo y riendo sin cesar.
La obra había merecido la pena, y aquella noche seguro que mas de uno de ellos habría aprendido la lección y al llegar a casa se preocuparía de que su amada no se sintiera sola, no quedara aislada en el salón mientras ellos dormían como borregos.


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