Recordaba frases inconexas que la habían descolocado, y sensaciones extrañas que no lograba entender.
Aquella música estaba transportándola a los brazos de Morfeo.
Le costaba dormirse con esa rara sensacion, y con una pregunta no respondida que la había puesto nerviosa sin saber porque.
El ritmo constante de la melodía sosegaba su respiración, en algún momento alterada sin motivo.
Le imaginaba riendo ante su inquietud, ¿Habria sido ,como dijo, capaz de predecir su siguiente pregunta?
Paz, solo paz notaba en su interior al perderse en esa sonora pieza.
¿Sería si?, ¿Sería no?
Era un buen himno para una noche diferente.
¿Que le importaba a ella? No entendía nada, no se comprendía a si misma.
Con esos acordes podía viajar a otro lugar, el poder de la música era infinito.
Era como si le conociera de siempre, le había contado cosas que nadie mas sabia, y sin embargo era un extraño.
La melodia y sus pensamientos se mezclaron para componer una hermosa canción, y finalmente Morfeo pudo abrazarla, mientras en su cara asomaba una leve sonrisa de felicidad.
Has vuelto con tus historias!!! :) además, con una bonita historia llena de sentimientos. Porque sí que es verdad que la música nos hacen sentir mil y una sensaciones y que nos hace revivir momentos maravillosos ya vividos; pero nadie sabe describirlo tan bien como tu :)
ResponderEliminarUn beso y unos cuantos aplausos para que te animes a seguir escribiendo, jajaja; que me parece a mi que últimamente estás un poco vaguete ;)