Las llamadas, mensajes, horas de chateo, y aun no lo sabia.
Cuando ella quería caricias y ternura, él le proporcionaba solo espectaculares orgasmos. Cuando necesitaba un si, siempre recibía un no. Aquello era demasiado complejo para un vulnerable corazón. Todos la veían como una persona fuerte, pensaban que era irrompible, pero ya eran incontables las veces que se había sentido muerta y había tenido que renacer, que reinventarse a ella misma.
Hacia muy poco dijo a un amigo que ya no volvería a suceder, que sus labios no volverían a besar a otro hombre, pero como casi siempre su corazón había decidido otra cosa. Su boca anhelaba ser acariciada, sus manos necesitaban sentir el calor del pecho bajo ellas y su mente necesitaba sorprender a alguien. Todo ello por su estúpido corazón.
Aquello no debería seguir así, debería terminar, pero ¿Como hacerlo?.
Se preparo una taza de te, ahora le había dado por probar todas las variedades que encontraba, aunque sin saber porque. Se planto ante el teclado y comenzó a escribir:
"Querido mio, me veo en la necesidad de finalizar con este extraño lo que sea que estamos viviendo.
Soy una mujer con los pies en la tierra, y vivir de tus fantasias no puede ser sano para mi, así que te agradecería que no volvieras a ponerte en contacto conmigo.
Ha sido un placer, y sabes que lo digo literalmente, jugar a este juego contigo, pero al final, como esperabas, has encontrado mis limites, y vivir en ellos no me favorece.
Quizás............"
Borro todo lo escrito y alargo su mano para coger el teléfono. Abrió la aplicación por la que se comunicaban, y puso una escueta pregunta:" ¿QUIZAS?"
Como esperaba su respuesta fue inmediata. El teléfono sonó, se recosto en el sofá, y se dispuso a jugar con su cuerpo mientras el hacia lo propio al otro lado.